EINSIEDL

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martes, 2 de julio de 2019

LOS HOMBRECITOS



Anochecía en el barrio.

Media docena de amigos celebrábamos en LA CHOCOLATERÍA  el inesperado éxito de nuestro amigo MANOLO:!a cinco años de la jubilación dejaba de ser interino como profesor de FRANCÉS y además le nombraban DIRECTOR DE LA ESCUELA OFICIAL DE IDIOMAS!.

-¡Soy feliz, y MANUELA más aún!.MANOLO, exultante, añadía, irónico:

-¡Claro, los hijos nos traen cada viernes los nietos; y el domingo por la tarde se llevan las fiambreras a reventar!.!Así que doblar el sueldo nos viene de perlas!.

De pronto la calle se llenó de hombrecitos.

Dos de ellos se acercaron a la mesa y nos preguntaron si  podían probar los churros, una novedad para ellos .Que hablasen un en apariencia perfecto INGLÉS AMERICANO contribuyó a tranquilizarnos sobre sus intenciones.

Con la proverbial y consabida generosidad hispana les invitamos incluso a una taza de chocolate.

¡Tenemos chocolate para toda la braña!, exclamó, jocoso, OSCAR EL CUBANUCO, que luego se lanzó a explicar en PERFECTO INGLÉS DE VIRGINIA a los dos pequeñitos lo del chocolate, la braña y los churros.

OSCAR había pasado su niñez y adolescencia con nosotros. A poco de llegar  LOS BARBUDOS al poder, su familia se trasladó  de LA HABANA a nuestra ciudad, y lo dejaron con los abuelos paternos, mientras el resto de la familia emigraba a NORTEAMÉRICA y se instalaba en NORFOLK, en el estado de VIRGINIA.

Cuando OSCAR tenía dieciocho años vino su madre, una señorona cubano-norteamericana guapísima ,a llevárselo para LAS AMÉRICAS, aunque él preferiría seguir con nosotros.

Como su hermano mayor ya era OFICIAL DE MARINES en la gran base naval a poco distancia  de la residencia de la familia, a OSCAR le vino de perlas hacerse SUBOFICIAL  DE PORTAVIONES.

Viajó por el mundo, pero nos visitaba una o dos veces al año, y así que pasó a la reserva, con muy buena paga, se instaló en la casa de sus difuntos abuelos en compañía de su tercera y joven esposa.Las dos primeras esposas, y una legión de hijos y nietos, se quedaron en LA TIERRA DEL TÍO SAM, aunque de vez en cuando alguno aparecía a tocar las narices.!Pero EL CUBANUCO los toreaba sin despeinarse, carcajeándose!.

¡Porque se carcajeaba hasta de su sombra!.

-¡Já, já, já!.!Las beatas y los de otros estados pronuncian NORFOLK como si fuesen españoles, porque les da vergüenza pronunciarlo como los nativos: NORFUCK!.

-¡Claro, FOLK significa PUEBLO, y FUCK significa chingar, já, já, já!.EL PATER ZÚÑIGA, capellán hondureño de la base, me ordenaba, rojo como un tomate: SARGENTO ,no diga palabrotas!.

-¡Digo la verdad: LA CIUDAD DE LA JODEDERA ,já, já!.!EL CURA, si pudiese, me jodería con un buen arresto, já, já!.

Total que OSCAR nos facilitó la charla con aquellos dos pequeñitos :JARED BODGANOVICH y MARTIN JENSSENS.

Les gustaba mucho el baloncesto, y no paraban de referirse al gran ROSSI, un  fortachón hábil y rápido.

Estúpido de mí, les dije:

-¡Tened cuidado  con LOS ROSSIS y sus secuaces, que son peligrosos!.

¡No, no, nice, nice!.!No, no, buenos, buenos!.

Por provocar , añadí:

-¡Nunca iré a NORTEAMÉRICA, porque pueden detenerme por no ser WASP, por ser HISPANO!.

¡No, no, no, no!.!Nounou nounou , su negativa a mi afirmación sonaba casi musical, no sé si irónica, quizá cruel!.

Pero yo no perdía de vista a la calle y a los muchos hombrecitos que por allí pululaban.

Henchido de pasión ciudadana, de sentido del deber ,me indignó que uno de los pequeñitos se dedicase a cargar todos los tiestos con flores, y las piezas de mobiliario urbano  que conseguía desarmar, en las baldas de un viejo camión aparcado cerca de LA CHOCOLATERÍA.

-¿Eh, qué haces, bribón?.!Así que venga LA POLICÍA te pondrán firmes!.Acababa de pasar UNA PATRULLA DE LOS MUNICIPALES pero al pequeñito se la traía al pairo.

¡LA POLICÍA  está a lo suyo, no a lo tuyo!.Me habló como si NO HUBIESE LEY.

-¡Deja de hacer lo que haces!, le ordené, fingiendo un  fortaleza de carácter que no poseo.

¡No!.!Sólo obedezco a mi jefe!.

-¿Y dónde está?.

¡Al volante del camión!.

El camión , de color gris deshilachado, bastante vetusto, tenía una cabina desproporcionadamente grande en relación a la carrocería.Al volante se sentaba el que debía de ser el jefe:

-¿Eres tú el jefe?.

-¡Sí!.¿Qué cojones quieres?.El pequeño conductor  no se cortaba un pelo.

¡Es que….!.El pequeñito al que yo me enfrenté primero ,parecía entrar en  pánico.

¡Sube a la cabina!.Y el conductor, sentado en la parte derecha, el camión era inglés,se apartó un poco para que el pequeñito infeliz entrase.

-¡Vamos a ver!.Quise ponerme chulo, pero en ese momento irrumpieron en la cabina tres pequeñitos, y OTRO ELEMENTO.

Ese OTRO ELEMENTO era paticorto ,tan ancho como alto, y sus ojos azabache miraban amenazadores en medio de su cara oscura ,bajo su rizada cabellera.!Me acojoné!.

¡Aquí sobras!.!Sube al ALMACÉN!.

EL ALMACÉN era una prolongación de la parte superior de la cabina sobre el motor, en el que se apoyaba con dos barras de hierro en la parte delantera.

En EL ALMACÉN se amontonaban siete u ocho sacos grandes que parecían moverse, como si dentro llevasen un animal a punto de asfixiarse.

EL CONDUCTOR subió las escaleras a gran velocidad y sentí un forcejeo:

¡Te dije que no hablases!.!Ahora te callarás para siempre!.Las amenazas del JEFE DE PEQUEÑITOS eran terribles.

¡No, por favor, es que……!.!Ahhhh……..!.Sentí que EL PRIMER PEQUEÑITO se ahogaba y que EL CONDUCTOR quizá lo estaba metiendo en un saco.

Quise entrar y poner orden, pero las miradas del MULATO RIZOSO me paralizaron.

EL CONDUCTOR  descendió las escaleras a toda velocidad, y casi me dio con la puerta en las narices.

¡A tomar por el culo!, dijo, arrancando a buena velocidad.

Los ocho sacos llenos de la parte superior de la cabina seguían moviéndose, quizá anunciando muertes.

-¡Aquella tarde-noche, yo, y conmigo los demás, fui, fuimos unos cobardes!.

LOS HOMBRECITOS se difuminaron sin que apareciese PATRULLA POLICIAL ALGUNA antes del cambio de turno, a medianoche.

-¡Real como la vida misma!.



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