-¡Mira a ver si entre las cosas viejas del desván encuentras
un justificante medio legible de que tu
madre pagó al menos UN CUPÓN antes de 1967!.!Todo o nada!.!Yo más ya no puedo
ayudarte!.
Alipio, el bondadoso de LA SINDICAL, buscaba soluciones a mi
gran problema y no las encontraba .Efigenio, recién ascendido a jefe tras la
jubilación de su padre, el ínclito Bartolo del Llano, probable, casi seguro
culpable de mi angustia, lo escrutaba con reprobación….por si las moscas.
¡Me caso en la pájara pinta!.!Lo que pasó con los cupones de
tu madre te lo explico yo en dos minutos!.!Todo viene de la pelea de Relloso!.
¿Qué tiene que ver una pelea en Relloso con los cupones de
mi madre?.Me sorprendía lo afirmado por Salustiano Ardura, el estanquero y
agente de banca.
Lo del cupón fue de dominio público en pocos días:!se nos
caería el pelo, económicamente, si no lo arreglábamos en tres semanas!.
A perro flaco todo se le vuelven pulgas!.!A mi madre le
había llegado antes el afirmativo de padecer cáncer de matriz, tras la
correspondiente biopsia, que el aviso de pagar los atrasos en La Seguridad
Social!.
Abreviando, el aviso de pagar los atrasos nunca llegó y a mi
madre se la operó como campesina pobre
en el Hospital Regional .Por baremo de vacas ,tierras, hijos, etc, tuvimos que
pagar seis mil pesetas de 1978.
¡La factura ascendía a cuarenta mil pesetas!.
-¡Les treinta y cuatro mil restantes ye por cuenta de la Diputación!.Uría el
gestor puso el dedo en la llaga de nuestra incuria.
Mi madre hubo de alternar durante diez años quimioterapia,
controles, miedos, con catar las vacas, segar la hierba, cocinar…
Por fortuna dentro de lo que cabe, síndrome de Estocolmo,
hay lo que hay, vivió aún diez y ocho años como pensionista.
Volviendo a la pelea famosa, parece ser que Bartolo
reclamaba para su jurisdicción territorio controlado por La Cámara Agraria del
Valle del Esva.
Las pretensiones de Bartolo chocaban con las de Zacarías el
de La Fonda, el agente en La Ciudad del Río Sagrado.
Bartolo quería dejar a su hijo como jefe de una Agencia de
la Seguridad Social de primera.!Nuevos tiempos!.!Santa Transición a pocos años
de llegar!.!Franco ya era viejo en 1968!.
Zacarías se conformaba con seguir a media jornada y ayudar a
su padre en La Fonda.!Las pretensiones de Bartolo desbarataban todos sus
planes!.
Por órdenes de La AUTORIDAD REGIONAL, que mandó a un agente
especial a guisa de notario, Bartolo y Zacarías recorrieron todos los núcleos
de población de LA CUENCA DEL ESVA ,zona en disputa.
En EL PICO DEL
RELLOSO, mirando la hermosura del VALLE DE PAREDES para encontrar la paz, se
les desató la guerra:!cruzaron guantes como si fuesen dos púgiles!.
¡Gafas rotas, golpes encajados en salvas sean las partes,
tirones de pelos como vulgares putas callejeras….!
¡Debería darles vergüenza!.!Les recrimino con
determinación!.Martín Garrote, el agente-notario les puso firmes.
Se aceptó un periodo
transitorio de cinco años durante el cual se irían traspasando papeles del
despacho de Zacarías al de Bartolo.!Se traspapelaron muchos documentos!.
A los cinco años
Zacarías recibió SU CASTIGO:!le enviaron al MINISTERIO a MADRID como AUXILIAR DE CAJA!.
-¡El gran golfo se
quedó con mi dinero!.!Bartolo me dijo que en la vida laboral de mi difunta tía
Generosa había un vacío de dos años en las cotizaciones!.!Justo los que coincidían con la etapa final de Zacarías
como agente!.!Tuve que volver a pagar, y encima con recargos!.!Menos mal que a
los dos meses ya estaba cobrando que si no….!.
¿Y por qué no le denunciaste!.
¡Bueno…!.!Es que su padre y mi padre eran muy
amigos!.!Coincidieron como Primeros Jefes de Falange!.!Sería un descrédito para
las familias!.!Perderíamos las amistades!.!Tuve que joderme!.!Porque yo no soy
ningún rojo….!.
¡Zacarías era muy pesetero!..!Y nuestros padres muy tontos!.
En una ocasión, en nuestros once años, fuimos Juanín, el de
la casa vecina, y yo, a cobrar el subsidio familiar.
¡LOS SUISIDIOS, decían los paisanos!.
-¡Dejad dos pesetas de propina cada uno!.!Y comprad algo en
la tienda de La Fonda, que es bueno llevarse bien!.
A nosotros nos tocaban treinta y nueve pesetas .Descontando
lo que gasté en la tienda, traje para casa cinco duros.
A Juanín le correspondían cincuenta y dos pesetas. Como eran
familia numerosa compró más que yo y aún
así trajo treinta y un pesetas.
-¡Tu padre, perdóname, ha sido siempre muy manso, muy
infeliz!.!Por muy requeté que hayas sido, por mucho que signifiquen para ti Dios, La Patria y el
Rey ,no vas a evitar que los cristianos, los patriotas y los monárquicos te las
metan dobladas!.!Sé de que hablo!.
¡Ramón del Espín, primo nuestro, era de una sinceridad
cruel!:
-¡Si en vez de dejar dos pesetas de propinas cada mes,
hubiese dado de alta a tu madre, otro gallo os hubiese cantado!.
-¡ Mi mujer no quería que pagase los cupones por ella cuando
iba a cobrar por los hijos!.!Tuve que falsificar su firma!.!Pero ahora bien
contenta que está!.
¿Se puede firmar por otro así por las buenas?.Mi pregunta
era de tonto de remate.
¡Já, já, já, si fue Silvino, el padre de Zacarías, quien le
ordenó que aceptase mi falsificación de la firma de Hortensia!.
Ramón y Silvino habían compartido sufrimientos por la
Patria, y cobraban por ello :Ramón como cabo y Silvino como brigada.!Y el
infeliz de mi padre a verlas venir, pese a haber perdido un dedo del pie
derecho en combate!.
En los años sesenta, algunos empresarios de hostelería con
diez trabajadores, cotizaban por tres fijos, otros tres los tenían discontinuos,
y a los cuatro restantes les ayudaban, en caso de enfermedad, utilizando la
cartilla de la abuela del empresario, por ejemplo.
-¡Don Luis, podría usted mirar aquí a Piloñín , el guaje, y recetar con los datos de la cartilla de mi
madre!.!Es que como lleva pocos días aún no le di de alta y cogió una gripe de
miedo!.
¡Tú, tranquilo, Manuel!.!Tus deseos son órdenes!.Y Don Luis
saboreaba su segundo Chivas.
El caso más flagrante y a la vez más instructivo para
mí-¡pero por desgracia nunca aprendí a hacer bribonadas que pasasen de ilegales
a legales!-fue el de un trabajador de la construcción que se cayó del andamio y
se fracturó ambas piernas .Llevaba cinco años ilegal.
-¡Es que Martín, el jefe, se fue delante para poner los
papeles en orden!.!Por eso Don José, que también es traumatólogo, está
reduciéndole en su consulta la fractura en el interín!.
Años después me asombraba que la gente no se cortase un pelo
al hablar tranquilamente de cualquier ilegalidad.
¿Tú qué haces aquí?.¿Cómo no estás hospitalizado?.
Eran los primeros setenta y yo me iba a Barcelona con más
bien poco entusiasmo, aunque mi pobre madre creyese que su hijo iba a ser el Ineso Arrimado de
entonces.!Ir, ver y vencer!.Y antes de que llegase el tren, me fui a comer un
bocadillo al bar de la estación.
¡Es que estoy haciendo rehabilitación, hasta que me operen,
aquí en la Clínica del Doctor Montaño!.Yo era casi tonto, tanto como ahora,
pero la explicación de Reinaldo el albañil no me convencía:!primero te operas y
luego haces rehabilitación!.
Lo cierto es que Martín, su jefe, que se las sabía todas,
había ido a la consulta de Montaño, que también operaba en La Residencia
Sanitaria, y se pautaron las intervenciones para que la primera registrada
apareciese tres días después de dar de alta en la Seguridad Social al pobre Reynaldo.
¡Vivir para ver!.!Comprobación de datos, fechas y firmas,
pues ya tu ves!.
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