EINSIEDL

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lunes, 3 de abril de 2023

EL PÁJARO ESPINO

 

                                          

A los terrenos cultivados les suelen rodear  matorrales, zarzales, brezos, que forman el  hábitat ideal para las pequeñas aves, en especial para los pájaros.


Los hombres tenemos algo de pájaro espino, al que la pasión y la ambición combinadas pueden llevar a estrellarse, y espetarse, ensartarse ,en alguno de los más aguzados espinos, donde morirá sufriendo por minutos, incluso por horas, mientras canta “ la canción más hermosa de su vida”.


¡Cantar para morir!.


Muchos somos  de apasionamiento y de ambición  de poca intensidad, y nunca seremos felices por miedo a morir ensartados, y por tanto nunca cantaremos la más hermosa canción de nuestra vida.


Pero sufrimos más aún por no decidirnos a tomar partido por alguno de los zarzales en los que nuestros congéneres nos reclaman con diferentes trinos, todos de gran musicalidad; porque tememos  que nos ensarten.

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Somos a la vez demasiado conciliadores, queremos ser amigos de todos, no queremos ofender a nadie, y al final podemos ser engañados por alguien que nos quiere mal…….o tanto nos quiere que desea escucharnos trinar hermosa melodía mientras expiramos en terrible agonía.


Puede que el espino que nos atrape, nos ensarte hasta el último segundo de nuestra canción final , ni siquiera pertenezca  en origen a aquel zarzal sino que haya  sido implantado con nocturnidad y alevosía, por algún pájaro del matorral vecino………para que los propios del lugar pagan la culpa, y nuestros deudos les consideren crueles de verdad.


Así que yo, bueno por naturaleza, y no es vanidad sino triste constatación, no paro de medio ensartarme  en espinos y más espinos de todos los zarzales.


Entre todos me matarán y yo solo me moriré, porque muchos pocos hacen un mucho, y al final me ensartaré tranquilamente yo mismo, para morir descansando………aunque sin cantar.


Ojalá que los pájaros de los diferentes zarzales fuesen nobles, leales, y  no sólo no cambiasen los espinos de lugar sino que me concediesen la gracia de recibirles en mi propio matorral, donde procuro que las espinas no rasguñen a a quien viene a por moras o flores………….y donde extermino “los espetos” de más peligro.


Sé, cierto, que muchos pájaros espino se arriesgan a un sufrimiento prolongado y  de moderación para marear la perdiz con la dizque vieja ricachona protectora y enamorada ,en aras de alcanzar sus objetivos, y que a veces, al final, con suerte, consiguen resumir la suma de continuos sufrimientos por los pinchazos de la dueña del dinero con  el ensartado  terrible que les produce un enamoramiento breve con jovencita agraciada y cariñosa, y……..curiosamente, tras entonar “ la canción más bonita de su viada”…………..sobreviven y hacen mutis por el foro.


¡Mereció la pena!, dicen los que salen triunfantes.


¡A mí me falta cuajo y me sobra miedo a dejarme atravesar por el espino más desgarrador!.


¡No,  es que no sé cantar!, me consuelo, inocente, engañándome a mí mismo.

 

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