Tres frailes abandonan su convento en el continente y se
trasladan a un islote situado a menos de dos kilómetros de tierra firme.
¡Desean volver a la más estricta de las observancias, hartos
de la corrupción de la comunidad de la que proceden!.
-¿Dónde está tu hermano?, pregunta el más viejo de los
tres.!Hace más de dos horas que fue a por agua junto al mar!.
¡Mejor vete tú a buscarlo!.Yo tengo mucha tarea aquí con la
construcción de nuestra choza-santuario! .El Padre Maestro es quien da las
órdenes.
¡Media hora después llegan el Anciano y el Novicio!.
El venerable anciano, nueve décadas de vida, casi ocho de
monje, viene regañando al pobre novicio, un doncel de sólo quince años.!Dios
mío, dejarse tocar por aquella diablesa, profanar su cuerpo por aquella hija de
Satanás……!.
-¡Es que……!, el
Novicio intenta explicarse pero….
¡Zas, para que aprendas!.!Te castigaré por tu pecado!, y el
fornido Maestro, un cuarentón rebosante
de testosterona, derriba de un terrible bofetón al pobre doncel.
-¡Despierta, hijo mío, y arrepiéntete, que esa es la
actitud!.El Anciano levanta con dificultad al pobre novicio, puesto fuera de
combate por el Padre Maestro, campeón de artes marciales, que le ayudan a
mantenerse casto.
El doncel, casi un niño ,mientras cogía agua de una
fuentecilla-arroyo, sintió que le llamaban:!Eh, joven amigo, ven, y probarás del agua de la vida!.
Una nadadora que acababa de llegar a la playa, hermosísima treintañera exuberante en su exiguo bañador ,reclamaba la presencia del virginal
efebo.
¡Sacrifican tu vida ofreciéndote un paraíso lejano!.!Pero yo
te ofrezco esta fruta prodigiosa!.!Sólo con acariciarla y besarla ya te
sentirás alimentado!, y la desconocida,
sus hermosos pechos al aire, acerca con suave energía la cabeza del infeliz a los chorros de su Vía Láctea.!Impulsado por
una fuerza desconocida, quizá en una reversión freudiana hacia el pecho
materno, el joven besa, succiona activamente los pezones de La Nadadora!.
-¡Eh, maldita criatura!.!Vade retro, Satanás, digo Satanasa!.El
Anciano utiliza su lenguaje de gori-gori para evitar que la Pasión se desborde.
¡Já, já, Viejo, hasta a ti, que estás muerto en vida, seré capaz de resucitarte!.La
desconocida está eufórica, porque el doncel, alimentado por aquellos chorros
divinos o diabólicos, quién sabe, se muestra dispuesto a avanzar en el camino
hacia el paraíso!.La mano de la diablesa en la entrepierna del joven , da fe de
ello.
-¡ Vete tú a expulsarla!.!Ella va a respetar tu larga
historia de sacerdote y consagrado!, ordena el Padre Maestro al
venerable anciano, una vez el joven empieza a cumplir su castigo como
peón del ora fraile prior ora maestro albañil, una vez que el relato de los
acontecimientos deja clara la situación
Pasan tres horas de la partida del Anciano y el Maestro
empieza a preocuparse
-¡Espera aquí, bribón!.!Y no dejes de trabajar, aunque yo no
esté!, ordena el Maestro al Novicio.
Desde el altozano, el fraile mira a la playa y no puede
creer lo que ven sus ojos:
¡La pecadora y el
viejo fraile, medio tumbados sobre la arena, se abrazan con ternura!.!La
desconocida mesa las blanquecinas barbas del fraile, las acaricia
con la tersura de sus pechos!.!El Anciano, como en éxtasis, parece dormido!.
-¡Vete, pecadora, yo te lo ordeno en nombre del
Señor!.!Déjanos cumplir nuestra Sagrada Misión!.El viejecillo se hace
ilusiones, basándose en sus años de castidad…..pero la carne es débil, aunque
el espíritu sea fuerte.
¡Abuelo puro y casto!.!Yo también puedo darte de beber, como
la Magdalena a Jesús!!Y tú a mí!.!Deja que acaricie tus barbas divinas!.
-¡Oh, hija mía, yo nunca tuve una madre con unos pechos como
los tuyos sobre los que reposar!.!Qué hermoso sería sentirse niño en vísperas
de la muerte!.
¡Ven, venerable anciano y sé niño sobre mis pechos
virginales!
.
-¡Dios mío!.!Deben de ser pechos virginales, no
diabólicos!.El anciano ya está abducido.
El Padre Maestro hace temblar a las rocas, agita las olas,
con su terrible vozarrón:
-¡Eh, tú, maldita puta, déjanos en paz o yo mismo te
estrangularé en nombre del Señor!
¡Abuelo, queda con Dios, que yo me voy por donde me vine!.La
desconocida se despide del Venerable acariciándole con suavidad la mejilla, y
corre a perderse entre las rocas.
-¡Padre, me has decepcionado!.¿No has aprendido a rechazar
al demonio después de tantas décadas de vida consagrada?!Vete a la cabaña y ya
te impondré la preceptiva penitencia!.!De momento ayuda al Novicio y amárralo
corto, mientras yo capturo a esa malvada!.
¡Hijo mío, expulsé los demonios de muchos posesos!.!Pero
aquí fue al revés!.!No pude evitar que se convirtiese en mi súcubo!., se
justifica el Anciano.
-¡Paparruchas!.!Esa puta pagará muy caro su atrevimiento!, y
el bravo Prior asciende con furia la colina rocosa donde se esconde la bella y
pecadora desconocida.
¡Anciano y Novicio trabajan, rezan y lloran en silencio,
sintiéndose pecadores!
-¡Eh, puta!.¿Dónde te escondes?.!Te lo ordeno en nombre del
Señor!.!Sal y arrepiéntete!.
¡Estoy aquí….aquí…aquí!.Las rocas transmiten el eco de la
respuesta susurrante de la desconocida.
-¿Dónde?, brama el furioso fraile.
¡Aquí….aquí…aquí me tienes!, Los susurros ya no producen
eco.!El fraile se da de bruces con la desconocida!.
-¡Puta!.!Te mataré!.!No nos harás más daño!.
¡Soy toda tuya!.!Bendíceme antes de matarme!, y la bella
desconocida se desprende de su bañador.
La visión de aquel cuerpo ebúrneo trastoca al fraile:
-¡Toma, puta, toma!.!Te daré tu merecido!.El fraile se
despoja raudo de su vestimenta y estruja a la joven contra la roca.
¡Uhmmmmmmmmmmmmmm..Los susurros de placer, orgásmicos, de la
joven, llevan su eco hasta la cabaña-santuario.
-¡Ohhhhhhh, toma, puta infernal!.El fraile , con sus
embestidas salvajes, goza y hace gozar a la súcubo.
Agotado, el fraile se tumba a descansar y la diablesa sale
corriendo sendero abajo, hacia el mar.
¡Volveré a probar el agua de vuestra fuente sagrada!, dice,
irónica, la desconocida.
-¡Puta!.!La próxima vez morirás!.!No destruirás nuestro
santuario!, grita, furioso, el fraile .Machaca con sus poderosos puños la roca,
hasta sangrar.!Penitencia adelantada!.
¡Esa maldita ya no volverá!.!Pero mejor es que busquemos
otra isla más alejada de la costa para fundar nuestro santuario!, más que
sugiere, ordena el Prior.
Cerca de la costa, una hermosa sirena nada tranquila ,dizque
voluptuosamente:
¡Ya conseguí lo que quería!.!Me gusta nadar……..pero si hace
falta, mi íncubo Lucifer me acercará en su yate!.
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