En los lejanos tiempos de mi niñez por las pobres tierras
del KONCETSÓN, recuerdo cómo en cualquier camino, cualquier FINCA PRIVADA
,entre los tojos y los brezales, en bosques de abedules, hayas, castaños y
robles, aparecían unas pancartas de color blanco, con un somero enunciado en
letras capitales de color negro: SOCIEDAD VENATORIA DE TINEO.
La mayor parte de aquellos letreros estaban CAPADOS,
carentes de la segunda parte ,no mucho más concisa :VEDADO DE CAZA.
Pasaron muchos años hasta que yo pudiese comprender el
significado exacto de todo aquello :COTO(PRIVADO) DE CAZA.
Para los chavales de entonces, VENATORIA Y VEDADO, tenía que
ver con VENA/VENÉREO/VENADO(LOCO, TUETSO,ATSOURAO) antes que con VENADO(CORZO,
REBECO, GAMO, CIERVO) o con
VEDADO(VETADO, PROHIBIDO,ACOTADO).
Para mi ignorancia leída del THE READER’S DIGEST/SELECCIONES
el VENADO era sólo de LOS LLANOS de LA GRAN COLOMBIA, y en el KONCETSÓN
teníamos más bien CORZOS, pero parece ser que hay de todo en todas partes.
Lo cierto es que al socaire de aquellos letreros, de
nuestras lecturas y de nuestras experiencias, hablo en plural porque en el
camino hacia la escuela primaria de la capital de distrito escolar,
tropezábamos l@s niñ@s de mi pobre aldea, tan pobre que ni MAESTRO TSACIANIEGO
tenía, con cazadores que seguían las rutas previstas por la SOCIEDAD SIN ÁNIMO
DE LUCRO? de la cual eran entusiastas
miembros.
El más extraño en principio, pero más agradable conforme se
le conocía, era un hombre alto-en aquella época medir 1m75 era como hoy 1m95-de
tupida barba ,escopeta al hombro, zurrón en bandolera y una gruesa vara de dos
metros para ayudarse a caminar entre la nieve y AZURRACAR a las liebres, pues
estaba nevado el día de su primera aparición ,y los escolares retrocedimos
hasta las proximidades de mi casa como si hubiésemos visto a LA GÜESTIA/SANTA
COMPAÑA, siendo calmados por mi padre, que conocía al HOMBRE DE LAS NIEVES.
-¡Dichosos los ojos que te ven, TRAM!.!Contigo viene la
nieve, la riqueza, como se suele decir!.
¡Gracias, amigo mío!.!También me alegro de verte!.?¿Pero no
habrá un cafetín por ahí para calmar un tanto el frío?, aprovechó el hombre la
cordialidad amistosa de mi padre.
-¡Ven conmigo a que el ama nos prepare unos carajillos!.!Y
vosotros seguid tranquilos para la escuela, que las fieras ya las amansó todas
el TRAM, já,já!
.
¡Sí, rapaces, y nunca
más os asustéis de mí, que mi barba no come a nadie!.!Recordad que EL SEÑOR
JESÚS también era barbudo!, y aquello me sonó lejanamente a prédica clerical.
Mi padre nos explicó que TRAM de BARNIEDO era el mejor
cazador de la provincia-quizá exagerase un tanto-porque tenía una gran experiencia: había pastoreado
vacas y ovejas en LAS AMÉRICAS quien sabe si también en AUSTRALIA, a las que
había protegido de las fieras a tiros, así que aquellos personajillos que
andaban por la comarca metiendo miedo espingarda en ristre no eran sino unos
pobres neófitos frente a un dios mayor.
Eso creía mi padre, pero no yo: para mí eran un peligro
público, y siguen siéndolo, aunque habría que matizarlo, para que no se enfaden
los aludidos que sean excepción, y a veces puede que la regla sea minoritaria.
Tendría yo doce años, era un domingo por la tarde, y mi
tranquilidad de pastor de las vacas y el caballo y de lector del THE READER’S
DIGEST/SELECCIONES fue turbada por unos cuantos cazadores que no dudaron en
pisotear la pación para llegar raudos a donde los perros ladraban amontonados
en torno a unos matorrales, cuando podrían haber hecho la mitad del trayecto
por la carretera y la otra mitad por un camino despejado, en total cuarenta
metros más que atajando por nuestro prado, sin mirarme a mí, creo que les
saludé y ni me contestaron ,espantando a las vacas y al caballo con sus gritos,
carcajadas e improperios, como CONQUISTADORES entrando en CUZCO.
Si a mi gran timidez sumábamos el que, me sonaba algo la
supuesta ley, EL EJERCICIO DE LA CAZA y SU PRODUCTO eran competencia exclusiva
del AYUNTAMIENTO, que la regulaba y empleaba LA GRAN RECAUDACIÓN en arreglar
las escuelas, las fuentes y los caminos de la aldea, a discreción, porque en mi
TSUGARÍN no había hecho nada, antes que en dedicar EL PARCO ESPOLIO DE LOS
POCOS PAGANOS, decían LOS MAL PENSADOS, a dar COMILONAS a LOS SEÑORONES
INVITADOS A LAS CACERÍAS, era lógico que yo aceptase aquella humillación como
una más de las muchas leyes que LOS AMADOS LÍDERES habían promulgado para
protegernos de los enemigos externos ,bien que lo sucedido me hiciese pensar
que lo peligroso era el fuego amigo.
No voy a referirme más allá de este parágrafo a comentar que
todos los años mueren decenas de cazadores, o de caminantes despistados en
zonas de cacería, casi siempre por disparos a lo loco, pocas veces por criminalidad o mala suerte ,más bien
todas por imprudencia e incompetencia
Oí a lo largo de mi
vida muchas narraciones sobre las obras y milagros de los monteros, pero
nunca conseguí entrar en SU HERMOSO MUNDO!:EL TRAM fue sólo una estrella fugaz
en un cielo oscuro!
La primera rebelión contra el GRAN ENGAÑO DE LAS SOCIEDADES
VENATORIAS lo protagonizó un grupo de emuladores del TRAM, a los que UN
GUARDIÁN DE COTO denunció por ir caminando entre la nieve apoyados en bastones,
considerando que irían no de paseo sino a AZURRACAR las liebres para prepararse
un buen arroz con conejo de monte. Y aunque ya había comenzado LA SEDICENTE
PSEUDO TRANSICIÓN ,los infelices hubieron de pagar una buena multa, porque LOS
MANDAMASES NEODEMÓCRATAS no lo eran tanto.
Pero el cabreo de aquellos jóvenes, que ya peinan canas,
algunos tienen parentesco conmigo, dio resultado:!consiguieron junto al RÍO
YERVO/YERBO un COTO DEPORTIVO DE CAZA para uso y disfrute de los vecinos de
aquellas aldeas!.
Tanto el guardia denunciador como los caciques municipales
tuvieron que comerse su inquina con menos conejo de monte que el habitual.
Ignoro si aún existe tal COTO, pero fue para mí algo épico
en medio de tanta hipocresía y falsedad.
Y ya cuando me vine a LA TIERRA DE LOS CONQUISTADORES, donde
la mayoría de las dehesas tienen su propio COTO, comprobé con horror-¡y triste
recuerdo de la tierra natal!-que aquello de que nos hablaba PEPE PROBLEMAS,
nuestro teniente de EL FERRAL ,sobre la guerra como única vía para llegar a la
paz, era, es algo que debería de asustarnos más de lo que nos asusta.
¡Porque si hay MUCHAS PACES, también hay MUCHAS GUERRAS, y
una es LA CAZA!.
-¡Si vis pacem, para bellum!,se lee, se leia, según PEPE
PROBLEMAS, en LA ACADEMIA GENERAL MILITAR DE ZARAGOZA.
¡Muchos cazadores buscan la paz yendo a la guerra!(¡CONTINUARÁ!).
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