Cuando fui ADMITIDO a LA TERTULIA en la que QUININA era EL
ALMA MATER INDISCUTIBLE, yo era FRAILE
IN FIERI FALLIDO, por utilizar el LATÍN MACARRÓNICO del SANTO PADRE JOSÉ, EL
ANCIANO VICEPRIOR del CONVENTO donde estropeé mi vida: el ESTAR IN FIERI, EL ESTAR HACIÉNDOSE, no tenía razón de
ser, porque yo había llegado POR ERROR a AQUELLA CASONA FRIGORÍFICA, y sólo por aprovechar un poquito el tiempo,
decidí completar LOS SIETE AÑOS DE
ENSEÑANZA NO FRAILUNA.
QUININA, ya jubilado, a veces, pocas veces, recordando SU
JUVENTUD HABANERA, se entonaba con un
par de copas de RON LA CUBANITA, su preferido, prescindiendo de sus habituales
cafés y refrescos, incluso compartiendo
conmigo la misma botella de XANA, la bebida local evocadora de LAS HURÍES DE LA
WALHALLA.
Cuando el RON funcionaba, QUININA se convertía en UN NARRADOR FINO Y MORDAZ,
DOCENTE Y PEDAGÓGICO, que al socaire de lo vivido en LAS ANTILLAS, nos
anunciaba los NUEVOS TIEMPOS que
llegarían EN UNA DÉCADA .Bueno, NUEVOS ,según se mire, porque como decían los
aldeanos: CAMBIARÁS DE ESCALÓN, PERO NO DE LADRÓN.
QUININA siempre me sacaba de apuros-yo era muy tímido-cuando
los tertulianos más brutos me abrumaban con la posibilidad de que ME CAPASEN si
me hacía fraile, sin que yo me atreviese, POR ESTRATEGIA AUTODEFENSIVA ,a decir
que NUNCA SERÍA FRAILE.
“¡Estáis arreglados ,já, já, cuando este joven sea cura, comerá mejores PAPAYAS que las
nuestras.!!
¡Si lo sabré yo del BOTXO, LA HABANA y LA BAHÍA, y de otras
partes!, remataba EL MANCO
.
E l TEMA IRENE solía surgir al final, cuando ya EL
RON descontrolaba a QUININA y LOS RECUERDOS RECIENTES le emocionaban tanto
dentro de sí, que era incapaz de darles remate en palabras.
La EMOCIÓN le podía, y aunque tardé tiempo en enterarme,
comprendí que las cosas debían de haber sido muy tristes.
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