JUANÍN ,curioso, se interesó por el tema, cosa que no le
resulto difícil, pues su presencia y prestancia ,hombre alto y apuesto ,seductor
total ,le permitió husmear en los cuadernos escritos que los forasteros
mostraban a los paisanos de diferentes brañas VAQUEIRAS o de diferentes tsugares XALDOS o MARNUETOS, que por estar aislados tenían
carencias de brañas.
En los cuadernos, LOS TSACIANIEGOS exhibían sus artes ortográficas y
caligráficas, capacidad para ejercer la pedagogía en la enseñanza de los
números ,incluso apuntes elegantes sobre la doctrina cristiana, lo que agradaba
particularmente al párroco de GERA.
JUANÍN buscó apresurado a su padre ,y ante él exclamó:!PAI!
¡PAPÁ!
Con simplemente decir esas dos palabras, ya marcó JUANÍN un
antes y un después, a la hora de llamar
PAI al ABUELO y PAPÁ
al PADRE.
Los hijos de JUANÍN
eran los únicos de su generación que llamaban PAPÁ a su padre y le
tuteaban.
En mi niñez, ya se tuteaba a los padres y se les llamaba
PAPÁ.
Logro eterno de JUANÍN
para la psicología ,la sociología y la lingüística de la zona
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