-¡Hijo mío, ojalá que tú seas la excepción que confirme la
regla y no UN HOMBRE PERRUNO como los demás!.
Mi tía, quizá sintiéndose un poco madre conmigo, decía EL
HIJO MÍO de una forma que ni mi propia madre había dicho nunca .Lo del HOMBRE
PERRUNO me ponía en guardia.
¿Qué es UN HOMBRE PERRUNO?.
-¡Já, já, já, cómo me gusta que aún guardes la pureza del
SEMINARIO!.
La infeliz aún creía, o me hacía creer que creía, vete tú a
saber, en LA CASTIDAD, LA OBEDIENCIA y LA POBREZA del CLERO.
-¡RUFINA dice que los hombres mean de pie como los perros,
já, já, já!.!Por ese les llama LOS PERRUNOS!.
No sé si era bueno o malo que mi tía hablase de los hombres
obviando que yo también lo era, pero convenía dejar que se embalase y así, a lo
mejor, entre la multitud de consejas, refranes y chismes que repetía
constantemente ,soltaba algún secreto que echase por tierra sus teorías, las de
RUFINA y las del grupo de solteronas y beatas.
-¡A los perros les pasa como a SINUHÉ EL EGIPCIO!.!O al
revés, según se mire!.La obra de MIKA WALTARI
la había comprado mi abuelo y la habíamos leído todos en casa .Para mi
tía era un gran apoyo a los argumentos de RUFINA, que como muchos de los
vecinos de EL ESPÍN también había leído nuestro ejemplar, el único de la aldea.
-¡Ay, SINUHÉ, SINUHÉ, la de delitos que cometéis los hombres
por culpa de ese pequeño objeto que escondéis detrás del delantal!.!Porque os
avergonzáis de él!.
LA VIEJA ESCLAVA de LA CORTE FARAÓNICA reconvenía
frecuentemente a SINUHÉ, un cortesano siempre dispuesto a sentirse avergonzado
del pequeño objeto, tras haberlo utilizado sin meditación, aunque quizá con
alevosía.
-¡MARIÓN, por ejemplo, es un hombre perruno!.!Pese a su
apariencia!.
¿Cómo?.
Yo no podía creer que MARIÓN fuese un hombre perruno .Era un
vecino muy servicial, una persona muy simpática, ya entrado en los sesenta, con
una buena esposa, ROMILDA ,tres hijos ya
casados, y cinco o seis nietos.
-¡Hizo algo imperdonable!.!Mesó a RUFINA para los panojales
en el camino de SAN JULIÁN!.!Se aprovechó de que la gente dormía la siesta y
quiso violentarla!.!Pero le salió caro, já, já, já!.
Mi tía, bajo secreto de confesión ,que yo ahora rompo ,hizo
retrotraer mi pensamiento a diez años
antes, cuando MARIÓN, que se había lastimado según él al segar tojo para el
caballo, venía a mi casa para que mi abuelo NARCISO le curase .El abuelo había
hecho de practicante en la mili, eran otros tiempos, y los vecinos recurrían a
él antes de ir, in extremis, al médico.
-¡RUFINA se defendió como una gata panza arriba y le rasgó
la piel con sus uñas, já, já, já!.!MARIÓN
quedó limpiándose la cara, antes de subirse los pantalones entre los
maizales!.!RUFINA salvó su honor!.!Y gracias a DIOS, también su locura
repentina, que si no el escándalo habría sido mayúsculo!.
MARIÓN de SARO quizá creyese que RUFINA de LOS RUFOS estaba necesitada de un macho. Aunque ella repitiese por activa y por pasiva lo de LOS PERRUNOS.
EUGENIA de LOS RUFOS había muerto de cáncer cuando RUFINA
tenía quince años .A la adolescente le tocó hacer más de madre que de hermana .Era
la penúltima de ocho hermanos y hermanas.
Todos se fueron a VENEZUELA a probar suerte, excepto RUFINA
y su hermano RUFINÍN, de doce años, que se quedaron con su padre.
La mala suerte en la salud, el amor, la economía y la vida,
con muertes prematuras y violentas, cárceles, manicomios ,se cebó con aquellos
inmigrantes, que habían heredado la locura pero no la fortaleza física de su
padre.
RUFINÓN complementaba el parco espolio de la casuca familiar
trabajando como leñador .Era corpulento, le apreciaban en su trabajo en el monte y en el aserradero, y le
permitían tomarse vacaciones cuando
RUFINÍN y RUFINA lo necesitaban para las siembras y las cosechas.
-¡Yo hubiese sido un buen estudiante, pero no pude, porque
era pobre!.!Así que vosotros no protestéis, no os metáis en política, y a
trabajar y estudiar, que es lo vuestro!.Por décadas, RUFINÍN se quejó de su
mala suerte y echó broncas a todos los jóvenes revolucionarios, a los
estudiantes…..y a las mujeres pecadoras.
Dentro de la tristeza por la madre difunta, RUFINÓN, RUFINA
y RUFINÍN se iban defendiendo.!Pero muchas veces al perro flaco todo se le
vuelven pulgas!.
SINFORIANO del REQUEJO, segundón de LA HEREDAD DEL REQUEJO,
una pequeña aldea al otro lado del valle, controlada por los RUIZ DE SIMANCAS,
de noble abolengo adaptado a TIERRAS del NORTE ,había emigrado a VENEZUELA,
siguiendo la costumbre, para que su hermano MANUEL pudiese disponer de LA
HEREDAD a su antojo. Pero a SINFORIANO las cosas al otro lado del OCÉANO no le
habían salido nada bien, así que regresó para cobrar su parte.
DON FULGENCIO RUIZ DE SIMANCAS, el padre de SINFORIANO, se
resistía a entregarle el medio tercio correspondiente, y entre tiras y aflojas
pasaron dos meses de cálido estío.
SINFORIANO, aprovechándose de ser dizque amigo de LOS RUFOS
de CARACAS, venía todas las noches a charlar con LOS RUFOS de EL ESPÍN.
RUFINÓN por cansancio, y RUFINÍN para leer ,era un verdadero
autodidacta….y para espiar, a través de las rendijas de los tabiques de madera
,se iban a sus habitaciones, y dejaban en la cocina a SINFORIANO y a RUFINA.
La infeliz, seducida por los cantos de sirena del
VENEZOLANO, y quizá necesitada de sentir algo fuerte que la ayudase a vivir, no
arañó a SINFORIANO cuando la tumbó en el
suelo y en pocos minutos, sin muchos preámbulos, la desvirgó, la hizo mujer.!Tenía diecisiete años!.
RUFINÍN contempló lo ocurrido a la tenue luz de un carburo ,
desde una de las rendijas, y si su hermana perdió el virgo, él perdió cualquier
vergüenza o timidez que le impidiese decir que todas las mujeres eran unas
putas.
Antes de acabar el verano, RUFINA estaba preñada, RUFINÓN
fue a ver a DON FULGENCIO, y se buscó una solución de emergencia.
LA HEREDAD tenía una finca muy grande junto al arroyo
fronterizo, con una cuadra que tras una mínima reparación era más habitable que
la humilde casa de LOS RUFOS .Allí se habían ido los novios a vivir, más bien sólo a dormir, una vez que
DON LUIS les había casado en la ermita de SAN JULIÁN, tras echarles una buena
bronca por su evidente pecado de fornicación.
¡DON LUIS, las mujeres son las que mandan, porque EL DEMONIO
les ha dado a todas una puertecita del infierno!.!Con una luz que nos ciega a
los hombres, en especial a los tontos como mi hijo!.EL CACIQUE se lamentaba de
las consecuencias de los amores impropios de su hijo .Si no le tocase el
bolsillo, se la traería al pairo.
-¡DON FULGENCIO, ellas mandan, como EVA en EL PARAÍSO!.!ADÁN fue el primer tonto y
hasta aquí hemos llegado!.!Su hijo es otro ADÁN, que a usted le sacará los
cuartos, a LOS RUFOS les avergonzará en público, y que a mí, a mi pesar, me
obliga a ser duro y blando a la vez, duro para ponerle firmes, y blando para
perdonarle, y a su EVA, la pobre y tonta
RUFINA también, en nombre de LA SANTA MADRE IGLESIA y de SU SANTO ESPOSO, EL
SEÑOR!.
Para la pobre RUFINA empezaba un largo y tortuoso camino a
recorrer, con poca ayuda de nadie, ni divina ni humana.
(Continuará: MADRE
SOLTERA Y VIUDA
Actual: EL
PODER DE LAS MUJERES
Anterior: LA
QUE PAGA MANDA ).
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