EINSIEDL

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jueves, 17 de mayo de 2018

VEINTE AÑOS NO SON NADA



¡Tiene razón el tango!.!Veinte años no son nada!.Lo comprobé en mi última visita a Madrid.

Nadie conocía a aquel hombre de chaquetón verde que se mezcló con nuestro grupo mientras descendíamos del autobús en la Plaza de España, dispuestos a disfrutar durante unas horas de la vorágine de la gran ciudad .Nosotros subimos hacia la Gran Vía y él siguió bajando la Cuesta de San Vicente.

-¡Ya sí quién es!.Mi exclamación, si bien breve y en voz baja, no pasó inadvertida para los más próximos a mí, que me miraron con asombro, como a un amnésico que recupera milagrosamente la memoria.

¡Una de sus empleadas le llamaba EL HOMBRE DE VERDE y sigue haciendo honor a su apodo!.A pesar de la buena temperatura primaveral a las once de la mañana, todos íbamos con ropas ligeras y despojándonos de jerséis y rebecas, el hombre adusto supongo que comenzando los sesenta-tendría sus cuarenta y dos en mil novecientos noventa y ocho, cuando le vi por última vez-seguía vistiendo un chaquetón verde como particular icono.!Quiero creer que el chaquetón no era el mismo de entonces!.!Porque su gesto adusto y su manera de caminar, lenta y desafiante, seguían siendo los de siempre!.!Quizá el  paso del tiempo tuviese  como único registro las incipientes canas en la testa del hombre de verde!.!Por lo demás, era inconfundible!.

Recordé cuando yo era cliente de su establecimiento y cómo su postura me hacía recordar la breve introducción a la ciencia económica de los apuntes de F.E.N( Formación del Espíritu Nacional)del  bachillerato:

-“La actividad económica se base en LA TIERRA-EL CAPITAL-LA EMPRESA y EL TRABAJO”.

¡Los terratenientes aportaban su propiedad, los capitalistas su dinero ,los empresarios sus ideas, y los trabajadores su actividad laboral!.

Por desgracia para mí, y durante tres décadas en labores de administración y recepción en negocios de hostelería-¡pero podrían ser de otro tipo, la cosa no cambiaría!-aprendí que esos cuatro elementos se pueden combinar de muchas maneras, casi siempre en perjuicio del asalariado.

-¿Dónde puedo comer por aquí cerca los días que me cambien de turno?, le pregunté a la dueña del  supermercado próximo a la estación del Norte.

¡Vete a LOS ZANCAJOS!.!Son muy buena gente, y muy generosos!.!Nunca negaron un bocadillo a cualquier menesteroso que acudiese a ellos!.!Así era el padre, y así es el hijo, un gran muchacho!.!Bueno……..ahora me doy cuenta…….hace unas semanas que traspasaron el restaurante a unos norteños!.!No sé si habrán cambiado el nombre y el tipo de cocina, porque  mis amigos son de Cuenca!.!Sigue esta calle, y a mano derecha, avistando el Palacio Real, no tiene pérdida!.

-¡Allí estaban LOS ZANCAJOS!.!Esperaba que siguiese habiendo buena comida y buen servicio!.!Yo pensaba pagar!.!Por suerte, no era ningún menesteroso!.

E letrero en sí era contradictorio y, por tanto, interesante:

LOS ZANCAJOS-COMIDA VAQUEIRA.

Durante los dos años que comí allí a razón de tres veces por mes, fui escrutando al personal.

En la Plaza de España solía cruzarme con  EL HOMBRE DE VERDE ,siempre altivo el ademán, sin que me constase que fuese falangista, cosa improbable por la edad, y con el más joven de los camareros.

El rapacín me miraba como buscando un acercamiento, una familiaridad que nunca le concedí, aunque con el tiempo me entró la duda de si no pertenecería a mi familia amplia .Alguna vez le escuché referirse a cosas que me resultaban conocidas

Pero EL HOMBRE DE VERDE pasaba junto a mí sin mirarme, aunque estoy seguro de que me asociaba con un cliente.

Para mí que las subidas y bajadas de La Cuesta de San Vicente  y La Plaza de España del eterno portador de la zamarra verde, eran las propias del dueño que va a los bancos, a los almacenes, a las gestorías, etc, porque en el local no paraba de mirar  desde la puerta de la cocina, sin hacer nada más.

-¿Qué quería?, me preguntó con tono brusco una vez que tenían mucho trabajo y yo llevaba unos cuantos minutos a la espera.

¡Milagro, este hombre habla!, pensé yo, que lo creía mudo .Comprendí su falta de amabilidad, precisamente por su falta de profesionalidad..

-¡Ahora le atiendo yo!, intervino el que hacía de Jefe de Sala, su alter ego en labores técnicas:!Buenos días, señor!.¿Qué le apetece hoy?.Este hombre sí que era un profesional, aunque también tenía mal carácter.

¡Si Fulanito viene a pedir papeles para el paro, pierde el tiempo!, decía el alter ego ,poniendo su mal genio falietsán por encima de las leyes.

Deduje poco a poco que el referirse  a TSAGO, KAMPIETSO, como apodos, apellidos, lugares de origen, etc, de algún camarero , cliente o conocido de los que allí se reunían ,indicaba una procedencia quizá policoncejil: L’KONCETSÓN.TSUBARCA-VALDÉS, ALLANDE,L’KONTRAKONCETSÓN.

Sin duda que el hombre con el chaquetón verde sería el socio capitalista, aportando TIERRA y CAPITAL en diferentes porcentajes, el terreno suyo y/o de sus padres y hermanos para afianzar los avales bancarios, el capital ganado en la mina o en la emigración para una inversión directa, y, por supuesto, LA MALA LECHE SILENCIOSA/LA ADUSTEZ/LA CARA DE PALO ,para imponer SUS IDEAS FUNDACIONALES

EL JEFE DE SALA/DIRECTOR/MAÎTRE era un poquito más joven, no parecía que fuese hermano del ZAMARRA VERDE, quizá algo pariente, vecino de la aldea, y sin duda ejercía como SOCIO INDUSTRIAL.

El concepto de SOCIO INDUSTRIAL ya pasó a la historia, pero existen nuevas variantes en la legislación que se le asemejan.

-¡LUIS es mi socio industrial en la mina de caolín!.!Yo soy el socio capitalista!.!De cada peseta que ganamos, sesenta céntimos son para mí!, se explicaba en el chigre, ufano delante de su socio, PACHÍN EL PUERTORRIQUEÑO, al que todos admirábamos por su deportivo MARIETSO que alcanzaba los ciento cuarenta en la recta de OTUR.

LUIS era dueño de un rozo escarpado en el que se encontró caolín .Como él entendía del tema ,pues trabajaba de capataz en un pozo de carbón, se echó la manta a la cabeza, puso como aval todas sus propiedades, y engatusó a PACHÍN, o se dejó engatusar por él.

Mientras PACHÍN andaba de LA CECA a LA MECA, LUIS  se esmeraba en el negocio.!Cobraba un sueldo como jefe y el cuarenta por ciento de los beneficios!.!Pero si la cosa se iba al garete, podría quedarse sin su casa y sus fincas!.PACHÍN tenía, y tienen sus nietos ,dicen sus panegíricos, catorce tiendas de ropa repartidas por las principales avenidas de SAN JUAN.

¡Tal relación imagino entre EL JEFE DE SALA y EL HOMBRE DE VERDE!.

En una empresa de ocho trabajadores, si EL SOCIO CAPITALISTA y EL SOCIO INDUSTRIAL se reparten UNA PLUSVALÍA de tres mil euros, eso quiere decir que los otros cinco empleados van a tener UNA REBAJA SALARIAL MENSUAL de seiscientos euros.!Les quedan las propinas , el comer en el restaurante(¡donde comen ciento cincuenta, comen ciento sesenta!) y el vivir casi gratis en un piso viejo, amontonados, promiscuos, en la sexta planta de un inmueble sin ascensor!.!El que no se consuela es porque no quiere!.

Tiempos atrás, se podría decir que  ZAMARRA  VERDE y su ALTER EGO eran unos hijos de LA PÉRFIDA ALBIÓN, pero con la que está cayendo ,merecen un aplauso.!CHAPEAU por ellos!.

¡Veinte años no son nada!.!Pero uno aprende, aunque sea a palos!.
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