EINSIEDL

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viernes, 7 de septiembre de 2018

LA BICICLETA



-¡ROMANÍN seguro que lleva ahora mismo encima más dinero del que tú y yo juntos podemos ganar al año!.!Su historia es espectacular!.

RAMIRO EL CONSTRUCTOR, que tampoco es pobre, me explicaba quién era aquel hombrecito de boina y chirucas, con las manos en los bolsillos, que se había adelantado a pagar nuestras consumiciones en el bar próximo a ALMACENES GENERALES LA CASONA, en  el POLÍGONO INDUSTRIAL DE LLANERA.

¿Pero de qué le conoces para saber tanto sobre él?.Me intrigaba el personaje a tenor de la introducción hecha por RAMIRO.

-¡Es el puto amo de LA CASONA!.!Tal cual te digo!.!Y lo conozco bien a través de mi padre, que aprendió a andar en bicicleta con la de ROMANÍN!.

LA CASONA  era mayorista de materiales de construcción, ferretería, piensos, muebles auxiliares, productos químicos y un largo etcétera .Ocupaba una nave de treinta mil metros cuadrados, repartidos en dos plantas, y entre dependientes y repartidores conté a más de treinta  comíferos, como diría  un antiguo conductor de LOS TSUBARCAS.

-¡Y este negocio es uno más de los muchos que controla!.RAMIRO, que tenía su camión delante de LA CASONA, a la espera de que le diesen vía libre para entrar a  avituallarse para su actividad, mostraba conocer a fondo a ROMANÍN, el cual se acercó a saludarnos tras haber hecho lo propio con algunos clientes más de la cafetería, que sin duda también lo eran suyos.

-¡Yo soy VAQUEIRO por mi madre y VAQUERO por mi padre, los mismos perros  con distintos collares, já, já!.La definición que ROMANÍN hizo de sus progenitores me resultó un tanto extraña, máxime cuando en LA FALIETSA y en las hablas próximas se suele castellanizar frecuentemente el femenino: VAQUERA por VAQUEIRA.

“!lLos VAQUEIROS vanse, vanse .Las VAQUERAS(vaqueiras) choran, choran .Ay de mí desgraciadina con quien vou dormir agora……etc, etc…!”.

-¡Es que nací en LA CASONA de TEVERGA ,por la parte de  AKÓ( el NORTE) del PUERTO VENTANA, pero mi padre era VAQUERO CAZURRO, vaqueiro del koncetsín de SAN EMILIANO DE BABIA, AKUTSÓ(el SUR) de TORRESTÍO!.!Mi madre era LA MAIRAZA/LA HEREDERA!.

Cuando ROMANÍN se fue, RAMIRO me contó detalladamente la vida y milagros del dueño de LA CASONA.

LA CASONA es, más que braña, un RUEIRO de tres familias emparentadas entre sí, la de ROMÁN ,los ricos, y las de XUANÍQUÍN y TSAURIENZO, los parientes pobres .Por sinécdoque, decir LA CASONA es decir CASA ROMÁN, LA CASONA DE LA CASONA en una palabra!.

ADAMINA, la madre de ROMANÍN, se casó con MARTINIANO, uno de los peones camineros  destinados por la DIPUTACIÓN LEONESA en la zona de BABIA.

MARTINIANO se vino a vivir con ADAMINA en LA CASONA, pero siguió con sus labores de peón caminero, y aún así sacaba tiempo libre tanto para ayudar a su mujer y a sus suegros como para hacer lo propio con sus padres que, mientras pudieron ,se encargaban de mantener productivo el humilde predio del cual él era el heredero .Con los años, LUISINA, la hermana de ROMANÍN  recibiría aquella PATSEIRINA como dote tras su matrimonio con UN RICO MAIRAZO de aquella aldea cazurra con un nombre muy similar a otra del KONCETSÓN y que por prudencia no citamos.

-¡Yo quería una bicicleta porque mi padre no me dejaba tocar la suya!.!Y tampoco me daba dinero para comprar una!.!Já, já, já, era cazurro ahorrador de los que guardan el primer duro que ganan debajo del colchón hasta la hora de la muerte!

La bicicleta de MARTINIANO era UN MOSQUITO, es decir, tenía un motor auxiliar de 25 c.c. que permitía al peón caminero y consorte de ADAMINA desplazarse cual INDURAIN MODERNO de CERCANÍAS.

¡Tácitamente, ROMANÍN reconocía que su padre había sido el catalizador de sus éxitos!

Cuando  el futuro dueño de los ALMACENES GENERALES LA CASONA tenía catorce años, la ocasión la pintaron calva:

En una aldea de la parroquia se murió un  antiguo trabajador de la mina, muy corpulento, famoso por la bicicleta de gran tamaño que usaba .Los hijos se despreocuparon de la pobre madre viuda que, desconsolada porque la bicicleta era un recuerdo muy triste ,no dudó en poner en venta el armatoste.

El precio fijado eran dos mil quinientas pesetas de las de entonces, y ROMANÍN sólo tenía mil doscientas en la hucha. La pobre mujer le dio seis meses para completar lo debido.

¡Ahí empezó el instinto comercial de ROMANÍN!.!Aquel armatoste fue la buena semilla que cayó en terreno fértil!.RAMIRO era uno de los grandes apologetas del PEQUEÑO PROHOMBRE DE PUERTO VENTANA.

Sábados y domingos, ROMANÍN alquilaba por un total de quinientas pesetas, ni una menos, su bici para que los rapaces de la comarca, de LA PLAZA o TORRESTÍO, o de cualquier otra localidad próxima a ambos lados de LA CORDILLERA, pudiesen asistir a su BICI-ESCUELA.

Con el viejo reloj de cadena de su abuelo, cronometraba los tiempos de cada chaval.!Y según los minutos, así tenían que pagar!.

¡Mi padre me dijo que el promedio eran treinta pesetas!.!Un mínimo de quince pesetas y un máximo de diez duros en lo que a  él respecta!.!De este modo, en cinco semanas amortizó la bici y se lanzó al mundo de los negocios!.RAMIRO sentía verdadera admiración por ROMANÍN.

A LA CASONA acudían otros propietarios en busca de CUARTOS PRESTADOS A LOS INTERESES y a ROMANÍN se le iluminó el intelecto.


Continuará: LOS COMISIONISTAS



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