-¡ROMANÍN seguro que lleva ahora mismo encima más dinero del
que tú y yo juntos podemos ganar al año!.!Su historia es espectacular!.
RAMIRO EL CONSTRUCTOR, que tampoco es pobre, me explicaba
quién era aquel hombrecito de boina y chirucas, con las manos en los bolsillos,
que se había adelantado a pagar nuestras consumiciones en el bar próximo a
ALMACENES GENERALES LA CASONA, en el
POLÍGONO INDUSTRIAL DE LLANERA.
¿Pero de qué le conoces para saber tanto sobre él?.Me
intrigaba el personaje a tenor de la introducción hecha por RAMIRO.
-¡Es el puto amo de LA CASONA!.!Tal cual te digo!.!Y lo
conozco bien a través de mi padre, que aprendió a andar en bicicleta con la de
ROMANÍN!.
LA CASONA era
mayorista de materiales de construcción, ferretería, piensos, muebles
auxiliares, productos químicos y un largo etcétera .Ocupaba una nave de treinta
mil metros cuadrados, repartidos en dos plantas, y entre dependientes y
repartidores conté a más de treinta
comíferos, como diría un antiguo
conductor de LOS TSUBARCAS.
-¡Y este negocio es uno más de los muchos que controla!.RAMIRO,
que tenía su camión delante de LA CASONA, a la espera de que le diesen vía
libre para entrar a avituallarse para su
actividad, mostraba conocer a fondo a ROMANÍN, el cual se acercó a saludarnos
tras haber hecho lo propio con algunos clientes más de la cafetería, que sin
duda también lo eran suyos.
-¡Yo soy VAQUEIRO por mi madre y VAQUERO por mi padre, los
mismos perros con distintos collares,
já, já!.La definición que ROMANÍN hizo de sus progenitores me resultó un tanto
extraña, máxime cuando en LA FALIETSA y en las hablas próximas se suele
castellanizar frecuentemente el femenino: VAQUERA por VAQUEIRA.
“!lLos VAQUEIROS vanse, vanse .Las VAQUERAS(vaqueiras)
choran, choran .Ay de mí desgraciadina con quien vou dormir agora……etc, etc…!”.
-¡Es que nací en LA CASONA de TEVERGA ,por la parte de AKÓ( el NORTE) del PUERTO VENTANA, pero mi
padre era VAQUERO CAZURRO, vaqueiro del koncetsín de SAN EMILIANO DE BABIA,
AKUTSÓ(el SUR) de TORRESTÍO!.!Mi madre era LA MAIRAZA/LA HEREDERA!.
Cuando ROMANÍN se fue, RAMIRO me contó detalladamente la
vida y milagros del dueño de LA CASONA.
LA CASONA es, más que braña, un RUEIRO de tres familias
emparentadas entre sí, la de ROMÁN ,los ricos, y las de XUANÍQUÍN y TSAURIENZO,
los parientes pobres .Por sinécdoque, decir LA CASONA es decir CASA ROMÁN, LA
CASONA DE LA CASONA en una palabra!.
ADAMINA, la madre de ROMANÍN, se casó con MARTINIANO, uno de
los peones camineros destinados por la
DIPUTACIÓN LEONESA en la zona de BABIA.
MARTINIANO se vino a vivir con ADAMINA en LA CASONA, pero
siguió con sus labores de peón caminero, y aún así sacaba tiempo libre tanto
para ayudar a su mujer y a sus suegros como para hacer lo propio con sus padres
que, mientras pudieron ,se encargaban de mantener productivo el humilde predio
del cual él era el heredero .Con los años, LUISINA, la hermana de ROMANÍN recibiría aquella PATSEIRINA como dote tras
su matrimonio con UN RICO MAIRAZO de aquella aldea cazurra con un nombre muy
similar a otra del KONCETSÓN y que por prudencia no citamos.
-¡Yo quería una bicicleta porque mi padre no me dejaba tocar
la suya!.!Y tampoco me daba dinero para comprar una!.!Já, já, já, era cazurro
ahorrador de los que guardan el primer duro que ganan debajo del colchón hasta
la hora de la muerte!
La bicicleta de MARTINIANO era UN MOSQUITO, es decir, tenía
un motor auxiliar de 25 c.c. que permitía al peón caminero y consorte de
ADAMINA desplazarse cual INDURAIN MODERNO de CERCANÍAS.
¡Tácitamente, ROMANÍN reconocía que su padre había sido el
catalizador de sus éxitos!
Cuando el futuro
dueño de los ALMACENES GENERALES LA CASONA tenía catorce años, la ocasión la
pintaron calva:
En una aldea de la parroquia se murió un antiguo trabajador de la mina, muy corpulento,
famoso por la bicicleta de gran tamaño que usaba .Los hijos se despreocuparon
de la pobre madre viuda que, desconsolada porque la bicicleta era un recuerdo
muy triste ,no dudó en poner en venta el armatoste.
El precio fijado eran dos mil quinientas pesetas de las de
entonces, y ROMANÍN sólo tenía mil doscientas en la hucha. La pobre mujer le
dio seis meses para completar lo debido.
¡Ahí empezó el instinto comercial de ROMANÍN!.!Aquel
armatoste fue la buena semilla que cayó en terreno fértil!.RAMIRO era uno de
los grandes apologetas del PEQUEÑO PROHOMBRE DE PUERTO VENTANA.
Sábados y domingos, ROMANÍN alquilaba por un total de
quinientas pesetas, ni una menos, su bici para que los rapaces de la comarca,
de LA PLAZA o TORRESTÍO, o de cualquier otra localidad próxima a ambos lados de
LA CORDILLERA, pudiesen asistir a su BICI-ESCUELA.
Con el viejo reloj de cadena de su abuelo, cronometraba los
tiempos de cada chaval.!Y según los minutos, así tenían que pagar!.
¡Mi padre me dijo que el promedio eran treinta pesetas!.!Un
mínimo de quince pesetas y un máximo de diez duros en lo que a él respecta!.!De este modo, en cinco semanas
amortizó la bici y se lanzó al mundo de los negocios!.RAMIRO sentía verdadera
admiración por ROMANÍN.
A LA CASONA acudían otros propietarios en busca de CUARTOS
PRESTADOS A LOS INTERESES y a ROMANÍN se le iluminó el intelecto.
Continuará: LOS COMISIONISTAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario