Don Juan de Osorio ,caballero salmantino de la segunda mitad
del siglo XVI, sí que asustaría a sus enemigos diciéndoles:!cuidado conmigo,
que soy hijo del Cardenal!.
El tal Cardenal se las traía:!Fernando de Valdés-Salas, Gran
Inquisidor del Reino!.
Dominico, algo que no pudimos o supimos ser muchos como
quien esto escribe ,paseó los nombres de los dos concejos de los que procedía
por todos los confines de la tierra .Ciertos datos también lo relacionan con
L’KONCETSÓN, pero eso es totalmente secundario.
Lo que sí es de censurar, pero también de admirar, qué
quieren que les diga, fue su gran capacidad para una cosa y para la
contraria:!mandar a la hoguera a herejes, pervertidos, brujas y lumias, y a la
vez prohijar y dar categoría de gentilhombre al fruto de sus relaciones
viciosas con una dama alegre de la sociedad salmantina!.!Pero así es como se
alcanza el poder y la gloria!.
¡Ser hijo de un cardenal o de un cura siempre tuvo sus
ventajas!.
Hace un par de años ,y al socaire de referirme a un
tarambana madrileño, provoqué cierto malestar en una información paralela que
afectaba a los descendientes biológicos o no biológicos de un misionero
placentino en Los Andes.
Pido perdón a las personas que se pudiesen sentir molestas
por citar un nombre que aparecía en el registro civil correspondiente, en
algunas publicaciones, y cuya actitud, noble y generosa pero un tanto atípica
para un clérigo ,me fue explicada y explicitada por una persona que tenía
documentos que le identificaban como su descendiente.
Respecto al tarambana que en los ochenta y noventa del siglo
pasado ponía firmes a los ex de la Brigada Político-Social cuando venían a detenerle por amañar la
marimorena tras emborracharse con whisky de etiqueta negra en la cafetería del hotel
en el cual yo era recepcionista, al grito de:!cuidado conmigo, que soy hijo del
Cardenal H!, hube de citarlo como presunto hijo
y no me atreví, en consecuencia, a dar los datos del supuesto padre,
aunque como son pocos los cardenales y menos aún los que han sido sacerdotes de
vocación tardía, no era difícil de identificar .Pero quizá que aún vivan
familiares directos y no está uno en su precariedad para someterse a juicios
con indemnizaciones millonarias a gentes millonarias.
¡En todo caso, echar una cana al aire también es cosa de
curas, obispos y cardenales!.Y es que no somos de piedra, como decía aquél.
Hay que probarlo todo para saber de todo, y en ese espíritu,
El Gran Inquisidor General, Cardenal Fernando Fernández de Valdés y Salas, fue
todo un ejemplo.
En mi época conventual teníamos un compañero al que bajo
cuerda se le denominaba el hijo del cura. Parece ser que el cura y padre se
preocupaba del vástago y los frailes, que solían admirar al que al revés que en
el cuento(“ el que fue cocinero antes que fraile….”)antes que novio, padre
biológico y amante correspondido ,había sido casto oficial y profesional,
sacerdote regular o secular, le tenían buena querencia.
Muchos años después oí, referido a un sacerdote que murió
centenario, y en la misma zona geográfica de la que procedía nuestro compañero
dizque hijo del cura, cómo al llegar en
el autobús de Mondoñedo y ser abroncado por la madre de un supuesto hijo, supo
reaccionar al estilo clerical, es decir, muy elegantemente:
-¡Mal padre, preocúpate de tu hijo y ayúdanos, que lo
estamos pasando muy mal!.Una mujeruca
nerviosa, entre una docena de estupefactas comadres, recriminaba al
sacerdote su despreocupación sobre aquel bastardo, aquel hijo ilegítimo.
Las comadres, que esperaban al sacerdote para la celebración
diaria de LAS FLORES A MARÍA no daban
crédito a lo que oían.!Tan grave era que la loca injuriase a un sacerdote como
que éste fuera en verdad el progenitor del hijo de la denunciante!.
¡No le hagáis caso, hijas mías, que la pobre no sabe lo que
dice!.Algo similar al:!Padre, perdónales, que no saben lo que hacen!, de Cristo
camino del Calvario.
¡Y el cura centenario se quedó tan tranquilo!.!Por eso llegó
a centenario!.
Saber reaccionar a tiempo, cambiar de chaqueta, improvisar
con acierto, es símbolo de futuro con éxito, algo que hará poderoso a quien
sepa ver las cosas claras.
Saulo de Tarso, el que luego fue San Pablo, pasó de
perseguir cristianos a morir
torturado por serlo .Su
conversión se produjo tras que una luz cegadora lo derribase del corcel sobre
el que cabalgaba persiguiendo a los seguidores del Nazareno .Con su irreverente
gracejo andaluz, Manolo Alcántara asevera que lo del milagro es más difícil de
probar, pero lo irrefutable es que Saulo era mal jinete .Diferentes versiones.
Y Tarso del KONCETSÓN, tras recibir una buena paliza de los
matones de Falange, se convirtió al
franquismo y llegó más arriba dentro del Movimiento que sus propios
maltratadores. Su lema fue:!Si soy republicano llevo hostias, si soy falangista
las reparto!.
Todo en la línea de Valdés Salas:!empreñar a una
aristócrata y mandar a la hoguera a las
infelices que se dejaban empreñar, etc, etc!.
Hay que saber combinar lo estipulado, lo ordenado, lo
habitual, con lo más rentable .A fin de cuentas, y quizá por ahí fuesen los
tiros intencionales del Gran Inquisidor, hay que saber separar el trigo de la
paja, que más o menos figura en Los Evangelios, y no siempre las cosas son como
parecen.
En la lengua de Goethe, también de Unterägeri y Einsiedeln,
Los Evangelios hablan de DIE SPREU VOM WEIZEN TRENNEN, lo equivalente a SEPARAR
EL GRANO DE LA PAJA .Pero exactamente quiere decir SEPARAR LAS GRANZAS DEL
GRANO.
Lo anterior lo entenderéis mejor con la explicación que dio
un vaqueiro de la zona de Masenga a sus familiares, amigos y conocidos, que le
recriminaban por haberse casado en el Madrid de los cincuenta con la viuda del
dueño de la casquería en la que trabajaba .La mujer casi le doblaba la edad,
veinticinco él, cuarenta y seis ella .Así y todo, tuvieron un hijo en común que
jugaba con sus sobrinos, hijos de sus hermanas veinteañeras. Ese hijo en común
sirvió para que el vaqueiro se afianzase en el negocio.
¡Caseime con miou tía, pero hay que coyer EL TRIGO que LA POXA tsévala l’aire!.LA
POXA, he ahí el quid, THE GIST que diría un angloparlante.
LA MAYADORA/DESGRANADORA de nuestra infancia separaba LA
PAJA del GRANO BRUTO , al que enviaba a LA AVENTADORA. En el siguiente proceso
, EL GRANO era desprovisto de LAS GRANZAS.
LA POXA/POUSSIÈRE en Francés(es decir, POLVAREDA), se
llamaba así, por METONIMIA, a la parte
aventada de LAS GRANZAS, que en otra parte quedaba retenida y, junto con
serrín, etc, la utilizaban para MUTSIR/MULLIR cuadras, pocilgas y zahúrdas .Se
veía claramente la meticulosidad germánica de LA FALIETSA.
En LAS PAMPAS se denomina TAMO al ternero de poco desarrollo
que no sirve ni para la recría, ni para la alimentación de los dueños o de los
gauchos, y que venden por poco dinero, incluso regalan, a quien se los lleve
pronto, para aprovechar la leche de las madres .Pues bien, TAMO y GRANZAS son
dos palabras sinónimas.
Todo al socaire de la efectividad según las ocasiones del
Gran Inqusidor.!Cuando toque copular , copulo; cuando toque quemar a la
copulada, la quemo!.
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