-“!Los hombres sois como los curas :queréis el cielo para
nosotras, y la tierra y los coños para vosotros!”.
Aquella manera de expresarse La Pedidora me desconcertó
sobremanera, porque yo la asociaba al grupo de mujeres de misa y comunión diaria.
La Pedidora era el apodo de una de las tres hermanas
Vitigudinas .Su nombre oficial era Lumbrales.
Creo, a tenor de lo que ahora se vive, que Lumbrales era
ante todo” una cobradora de deudas”.
La vida había sido muy injusta con Victorino Barriocanal y
Lucinda Mantecón, los padres de La Pedidora :
-¡Cállate la boca, que basta ver que has de trabajar en la
madera para mantener a tus tres vacucas!.Ramón, el gañán del estanciero Cundo,
ofendido porque el charro le había afeado sus borracheras ,resumió
lapidariamente la situación paupérrima de Victorino y familia.
Tener tres vacas era lo mínimo vital necesario, pero si el
dueño había de salir al jornal ,eso significaba que no había terreno suficiente
para pastos, para forrajes, para cereales .Y esa constatación a Victorino le
producía rabia, dolor e impotencia.
Victorino coincidió en la mili, en Salamanca, con Rosendo,
hermano de Lucinda, hábil Cupido ,y pocos meses después de licenciarse, el
charro emigraba al Norte para ser cónyuge de Casa El Pedidor. Mientras, Rosendo
tomaba el vapor para Buenos Aires, donde ya sobrevivían sus otros ocho hermanos
y hermanas.
La infeliz Lucinda, la penúltima de la camada, Rosendo era
el benjamín, se quedó a cuidar a sus ancianos padres, que murieron una década
después de la boda de su hija con el charro
.
Victorino, muy trabajador, fue contratado por El Burgalés
para talar árboles y convertirlos en rollas y duelas que, preparadas al estilo
artesanal portugués por todo un experto como el charro ,se transportaban a Miranda
de Ebro, donde El Burgalés tenía un gran aserradero y una fábrica de derivados.
Latifundio charro y minifundio cantábrico eran algo muy
diferente, pero Victorino también aprendió a ser ganadero-labrador .De consorte
pasó a titular, y empezó a tomar
decisiones, pero los enemigos que le rodeaban eran muy poderosos.
Rodear, nunca mejor dicho, es lo que habían hecho siempre
los caciques locales, tanto el alto como el bajo, con sus suegros.
Cuando la salud, la edad, la fuerza, las circunstancias, no
permitían salir al jornal, había que salir a pedir.!Pedid y se os dará,
pedidores!.¿Pero a cambio de qué?.La Pedidora sabía bien de que hablaba.
Algunas de las tías de La Pedidora se supone que viajaron a Las Américas llevando en su
útero la simiente del cacique alto viejo o del cacique bajo viejo, los padres
de los presentes caciques.
¡Y encima de cornudos, apaleados!:! dos terceras partes del
prado de Los Pedidores ,y nueve décimos del monte común que les correspondía,
fueron embargados por los dos mandamases!.
Muertos los padres, La Pedidora entró en rebeldía total:!ni
el párroco la controlaba!.
¡Nada de aguantar a nadie!
Fue a media mañana del día siguiente al del santo patrono de nuestra aldea que La
Pedidora se confesó con nosotros.
Traía el saco lleno de bizcochos, brazos de gitano, pan de
pueblo, embutidos, una lata de arroz con leche ,etc, etc.Y abundante anís en su
estómago, lo que le producía una situación de bipolaridad, ora alegre, con
ganas de bromas, ora enfadada, deseosa de despotricar contra” curas y hombres”.
¡Se quejaba de que la abundante limosna hubiese sido
mayormente en especie y no en guita, según sus propias palabras!.
Los cuatro jóvenes, que pastoreábamos nuestras pocas vacas,
espoleados por el de más edad, conseguimos que La Pedidora nos diese abundante
información en todos los órdenes.
-¡Claro, vuestras madres sacaron todo lo de vuestras huchas
para dárselo al cura y al santo, já, já, que sigue siendo el mismo cura!.!Así
que para mí no quedó nada!.
-¡Y que vuestros padres anden con cuidado para que vuestras
madres no le den también el coño al cura, já, ja!.
¡Já, já,ja,ja..!.Nos moríamos de la risa, en vez de
tomárselo a mal, ante su pronóstico de que nuestros madres podrían hacer válido aquel refrán portugués
que dice:
¡Nâo digas nunca
desta água nâo vou beber nem este padre nâo é o meu pai!(Fácil de
traducir:padre=cura).
Más sosegada, nos contó cómo el cacique alto era más
respetuoso y menos putero que el cacique pequeño.
El alto les había permitido recuperar buena parte del monte
común gracias a su renuncia al “Fuero.La Pedidora nos dio una versión muy
particular de lo que eran Los Fueros.
-¡Los ricachones, descaradamente, acostumbraban a plantar
árboles en cualquier zona del monte
común: ese árbol era “un fuero”, era intocable, y el propietario podía reclamar
el territorio cien metros a la redonda!.
La familia del alto ejerció “el fuero” en forma de
nogal:!cuarenta años después ,un árbol majestuoso se erguía en medio de la
parcela comunal de Las Vitigudinas!.
Combinando la bondad y las circunstancias favorables, el
alto vendió el nogal al nieto y heredero de El Burgalés a precio de oro y avisó
a Lumbrales y a su hermana menor de su renuncia al fuero ,lo que les dejaba
disponer en plenitud de la parcela.
El cacique alto había cedido todas sus fincas al cacique
bajo en arriendo .En su vejez, y dado que los tres hijos, todos con carrera,
vivían en San Sebastián el cacique alto
y su mujer habían sido adoptados como padres por el párroco, Don Patricio, próximo
a la cincuentena, sobrino de la mujer, y que los llevó a vivir a la casa
parroquial .Venerando, el sacristán, se encargaba de la huerta y de la vaca del
cura, aunque con los diezmos y primicias andaban bien servidos.
-¡El cacique ruin abusó de mis hermanas, y quiso abusar de
mí!.!Já, já, já, a mí quiso montarme, pero le retorcí los cojones y chillaba
como una coneja!.!El, que me imaginaba a mí chillando de placer, já, já!.
-¡Me amenazó, pero le dije: no tengo nada que perder, y
encima se lo digo a Inocencia!.!La pobre es bastante inocente, pero seguro se cabrearía si su marido le pusiese
los cuernos conmigo!.!Desde entonces me mira mal, pero tiene que joderse, já,
já!.
Años después nos dijo el cacique pequeño:!muchachos, siendo
trabajadores todos tenemos derecho a vivir, ricos y pobres!.!Que no hay tanta
diferencia entre unos y otros, como se acostumbra a creer!.
Enseguida, el cacique pequeño se volvió charlatán y entró
por donde nosotros queríamos:
-¡Tenéis ahí a La Pedidora!.!No te hace un favor ni
pagándoselo a precio de oro!.!Sólo que
le des lo que a ella se le apetezca!.!Encima, de mala fe,
vengativa!.!Hace poco, descargaron cerca de su casa un camión de ladrillos y
tejas para la obra de nuestra estabulación, y al amanecer había lo menos cien
esparcidos por aquí y por allí!.!Y unos treinta rotos!.!Nos consta que fue ella, pero como dice Don Patricio hay que
perdonarla porque no sabe lo que hace!.!Porque uno es bueno…..pero ella sí que
sabe lo que hace!.
-¡Sin embargo, Los Escribanos son otra cosa!.!Enrique malgasta
lo poco que cobra en vino, pero mientras pudo, fue un gran trabajador!.!Teodora
,la hermana que vive con ellos, la pobre, no da más de sí!.!Pero Salustiana es
un sol, puedes pedirle lo que sea!.!Cuando las cerdas-madre están de parto, le
manda a Inocencia que se vaya a dormir, que ella se queda vigilando!.!Y te
agradece cualquier cosas que le des!.!Por eso os digo que no hay que mirar el
dinero y sí la honradez!, y el ruin, como decía La Pedidora , no se puso
colorado en absoluto, pues su cinismo era consustancial a sus genes.
Henar, la hermana mayor de La Pedidora, casada con un pobre
minifundista de una aldea próxima, viuda
por años y muerta hacía sólo tres ,había nombrado heredero al hijo de La
Pedidora menor ,Iluminada ,madre soltera, pero el ruin ejecutó una hipoteca por
unos pequeños préstamos y se quedó con el parco espolio.
Toda la comarca tenía la seguridad de que Atilano, el hijo
de Iluminada lo era también de alguien
de “ los ruines” .Por supuesto, no fue reconocido, pero se corrió la voz,
interesada ,de que el padre biológico era Simón, el hermano soltero de
Venustiano, que así se llamaba el cacique pequeño, ´” el ruin”.
-¡Son unos hijos de la gran puta!.!Se cansaron de montar a
mis hermanas, el ruin y su hermano mayor, ya abuelo, pero no Simón, que aún no
las toma, já, já.!Más bien toma, já,já,ja!.
-¡A mí, como os dije, sólo me atacó Venustiano, pero por
poco lo capo, já, já!.La Pedidora se mostraba feliz cada vez que recordaba lo
del intento de emasculación del cacique .Y aportaba una sospecha sobre la
condición sexual del teniente coronel legionario ,el hermano menor de”los
ruines”, célibe a sus cincuenta y cinco años.
-¡Simón ahora está en Castilla, pero en su época africana
debió probar a algún moro, já, já, já, y como la costumbre hace ley, já, já,
já!.A nosotros nos daba miedo que nos oyesen, pues la sodomía en las fuerzas
armadas era motivo para el fusilamiento.
-¡Mi sobrino es como” el ruin” de joven, así que es hijo
suyo!.!Pero el sinvergüenza de Venustiano no tiene corazón y le quita lo que es
suyo para dárselo a Venustianuco, su heredero legal!.!Claro, mi hermana no
puede protestar, por puta, así que mejor se calle, dice Don Patricio!.!Yo poco
puedo hacer ,sólo darle a la sin hueso y
que se entere la comarca entera!..
Un primo de Los Ruines, consorte de una minera, les pidió
ayuda para solucionar el problema de una hija inocentona:!la rapaza se quedó
viuda a los treinta y dos años, con tres hijos, y sólo uno lo era del difunto,
así que….!.!Atilano pasó a consorte de su prima tercera biológica, y Los Ruines
todos contentos!.
-¡Atilano, si los críos son muy rebeldes, no te quemes la
sangre!.!Empreña a mi sobrina, já, já ,que te resultará fácil, a las pruebas me
remito, y así que nazca tu retoño, los demás a La Gota de Leche, que allí los
tratan a cuerpo de rey!.. Venustiano no se privó de ”encaminar” a su hijo por
la vereda de la efectividad”ruin”.
¡Aquellas Pedidoras quedan en el recuerdo!.!Pero siempre
habrá otras ,mientras siga habiendo Ruines!.!Que son legión!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario