lunes, 16 de octubre de 2017

LA MULA Y EL INESPERADO CONDUCTOR


Don Julián, el prócer de la zona, acababa de morir.

¡Lástima que ninguno de vosotros podáis ayudarme!, se quejaba José Luis, el apenado hijo del difunto.

Delante de sí tenía a los hombres viejos de la aldea .Los más jóvenes trabajaban en las industrias y negocios de La Villa .No regresaban al Pueblo hasta la hora de comer.

¡Necesitaba avisar a mis primos de Monte Oscuro para el funeral!.!No quiero que se molesten y que digan que no les llamo porque son pobres!.!Pero es que mi hermano Ramón Manuel  fue a La Villa para gestionar los temas del Registro Civil y La Funeraria!.!Y lo peor de todo :ir a comunicar a nuestra hermana María Eugenia que su padre/nuestro padre está muerto!.y el pobre José Luis estalló en sollozos.

¡Perdonadme!.!Pero ya sabéis que nuestro padre protegía a María Eugenia de manera especial!.!Con siete hijos menores de edad y un marido peón caminero que no hace más que dormir la mona en las cunetas…!.!Pobrecita de mi hermana!.La situación se prestaba a las confidencias.

¡Claro!.! A uno de vuestro hijos podría dejarle mi Land-Rover!.

-¿Pero qué es lo que querías?, preguntó Rufino el de La Mula.

¡Avisar a los de Monte Oscuro lo antes posible!

-¡Yo puedo!, respondió Rufino.

¡Já, já, já!.Todos los hombres se rieron a la vez ante el descabellado ofrecimiento.

¡Te lo agradezco de verdad, Rufino, pero tardarías seis horas para ir y otras tantas para volver!.!Ahora todos los senderos y atajos están intransitables y por carretera hay cuarenta y dos kilómetros!.!A ver si mi hermano vuelve pronto con María Eugenia!

-¡De verdad que puedo!, insistió Rufino.

¡Rufino, pero si tú ni siquiera eres un Pascasio como nosotros!.!Con tu Alondra tendrías que pasar la noche allí, já,já!.!Perdóname, José Luis, ya sé que no es momento para bromas, pero yo a Rufino no lo imaginaba tan guasón, já, já, já!.Celestino el Chiripas ,sacaba punta a todo.

Pascasio podía referirse a un inepto, un  fatuo, un pobre infeliz; y era a la vez una aproximación al nombre de una conocida marca de motocultores.

¡Los jóvenes manejaban coches, tractores, motos y camionetas!.!Los viejos se servían de sus Pascasios para transportar la hierba, el estiércol, y hasta para ir con la parienta a cobrar el subsidio a La Villa!.!Rufino y La Mula no necesitaban de nadie ni para viajar ni para trabajar la hacienda cuando faltaba Enrique, el hijo mayor!
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-¡Con el Land-Rover seguro que voy en hora y medía!.

-¡Já, já, já, Rufino!.!Pero si tú ni siquiera sabes manejar una carretilla!.Celestino creía haber encontrado veta para acomodar sus chanzas urbi et orbe.

-¡Aquí lo tenéis!.!Mi permiso de conducir, con todos los sellos!.! Me cago en todo lo que se mueve!.........!Perdóname ,José Luis, pero  no me quedó otra que explotar!.Los ojos de los presentes por poco se salen de las órbitas cuando Rufino les mostró su carnet, que le habilitaba hasta para autobuses y para camiones de gran tonelaje.

¡Rufino, tú siempre fuiste una persona seria!.!Pero esto es tan extraño…….!, matizó José Luis, hecho un mar de dudas.

-¡Bueno!.!Resumo rápido mientras me vas explicando lo principal del “carro”, digo del coche, já, já!.A la mente, y a las palabras, del inesperado conductor, acudían las reminiscencias de los años mozos en el Caribe.

-¡El volante, el freno, el acelerador y el embrague seguro que los controlo!.!Las marchas me llevarán un par de minutos!.!Bueno, las luces no las necesito!.!Quizá la puesta en marcha!, y Rufino, a la vez que tomaba nota de lo que José Luis le explicaba,  iba resumiendo las razones  de por qué a partir de entonces él sería el decano de los conductores de la aldea:

-¡Increíble ,él, Rufino el de La Mula!.!El de La Alondra!.

Prudente y discreto como era, trató de explicar brevemente  sus vivencias. Prometiéndoles que luego del funeral ampliaría los datos de la historia.!Y ocultándoles que, salvo en casos de urgencia como el que se vivía. él y La Alondra formarían un tándem invencible!.

Rufino y María regresaron al Pueblo justo al acabar la guerra .Traían tres vástagos .Otros cinco nacieron en El Pueblo. En total, cinco varones y tres hembras.

Durante quince años, el dueño de La Alondra se empleó como chófer de guagua, autobús urbano por las calles de La Habana.

A consecuencia de un violento tifón,  hubo un multitudinario atasco y  tres guaguas chocaron entre sí y con otros vehículos:!hubo dos víctimas mortales y muchos heridos entre los viajeros de las guaguas!.La guagua de Rufino sólo tuvo unos pocos heridos leves, pero la Dictadura de entonces no dudó en cortar cabezas:! tres días de calabozo por barba y dos años sin poder conducir!.

¡Rufino decidió venirse a los pocos meses y se olvidó de todo!.!Hasta de que sabía conducir!.!Se acostumbró a los caballos y las mulas!.!Ahí estaba La Alondra!.

María y Rufino habían pasado las últimas Navidades en La Capital con su hija Engracia, el yerno y los nietos .El bar de la Calle Ferroviarios ,propiedad de Engracia y su marido, tenía como cliente a Helenio, un funcionario de la Embajada de Cuba. Rufino y el  simpático hijo de Siboney hicieron buenas migas, y, quita de aquí, pon de allá……! el bueno del antiguo conductor de guaguas volvió a ser rehabilitado!.

Helenio, que se las sabía todas, hasta le consiguió que le convalidasen el permiso de allí por el de aquí en pocas semanas.!Había tres meses que Rufino cabalgaba La Alondra llevando en el bolso un permiso de conducir múltiple!.!Pero no pensaba usarlo nunca: sólo el ayudar a José Luís le obligó a romper su permanente secreto!.

¡Ahora lo entiendo todo: de casta le viene al galgo!, pontificó Chiripas ,cambiando el sentido de su discurso de manera descarada.!Si en aquella casa conducen todos, menos María!.!Yo creo que hasta los nietos más pequeños saben manejar!.!Miradlo como arrea!.!Quién lo diría!, y Celestino señaló con el índice al Land-Rover que a toda marcha se perdía en la polvorienta ruta.!Con Rufino al volante!.

-¡Que jodedor el tal Helenio!.!Para favorecer a nuestro amigo no dudó en engañar a Los Dictadores ,já, já!,Chiripas seguía filosófico.

-¿Qué quieres decir?.El hijo del difunto parecía cambiar pena y agradecimiento por preocupación.

-¡Já, já, já!.!Castro, para joder al Dictador de derechas que  castigó a Rufino, le  devolvió el carnet!.!Y Franco, para joder a Castro, le dio todas las facilidades a un conductor de la época  de Batista, já,já!

¡Ratón blanco, ratón negro, lo importante es que cace ratones!, dijo el Vistor del Pueblo, emulando al naciente líder de su partido.

¡Sorpresivamente, todos estuvieron de acuerdo!.




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