EINSIEDL

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viernes, 4 de diciembre de 2015

LA MALDICIÓN DEL VAQUEIRO


Xustín de Busmargali tuvo mala suerte  en la vida al ser buen mozo y de casa pobre.

Maruxa, la hija de Pinón de Manola, el más rico de la braña, se enamoró locamente de él.

Maruxa era también muy guapa,  buena  moza, y  creció en todo y por todo al lado de Xustín :iban a pie, juntitos, a la escuela mixta de La Candanosa, siempre emparejados, aparte del numeroso grupo de niños y niñas que desde Saliente, La Ferreirina y Soteirón se iban acumulando sobre el camino que los llevaba a recibir las instrucciones de Doña Venancia.

Cuando se acercaban a la adolescencia, buscaron la forma de encontrarse en los más recónditos lugares, y de forma autodidacta aprendieron a besar, a acariciar, a embelesar, a…..

Maruxa , por orden de Pinón, fue internada en un Convento de Santiago de Compostela, para  recibir una formación cristiana y de chica bien, un proceso en el que Xustín sobraba.

Xustín se trasladó con sus padres, y con  sus dos hermanos pequeños a una portería que el padre de Maruxa,”quizá desinteresadamente”, les consiguió en  una casa de la calle de Mesón de Paredes de LA GRAN CAPITAL, en la que Los Vaqueiros , así rezaban los anuncios en locales y vehículos de la gran empresa charcutera ,poseían al menos siete viviendas, y por tanto controlaban La Comunidad de Vecinos.

Xustín  , ayudado por Don Ramón, el Presidente de Los Vaqueiros, entró de aprendiz en Telefónica, donde obtuvo una formación técnica y cultural, y en pocos años ya era capataz.

Los dos primeros veranos en  la braña, quince días a lo sumo, resultaron una verdadera tortura para él: las posibilidades de verse a solas con  “su amor de infancia ,adolescencia y primera juventud”, se limitaron a sorprenderla emboscado en el camino de Fresnediel, cuanda la joven iba a la compra en el colmado de la braña mayor, y, con cuidado de no ser vistos, se intercambiaban  unos pocos besos y abrazos, porque la muchacha se ahogaba en llanto.

-¡Por favor,X ustín, no sigas, que mi padre nos hará mucho daño, clamaba la joven.

El servicio militar hizo que  el joven tardase más de tres años en volver. Y cuando regresó lo hizo  más por complacer a sus padres que por ganas, pues a su Maruxiña, una vez  finalizada “su formación”, le habían buscado marido:Servando de Las Berrugas.

De manera furtiva, los antiguos Romeo y Julieta,se intercambiaran algún breve saludo, una mirada cómplice, pero todo era una tortura.

Servando era feroz perro de presa que no abandonaba ni un segundo su cometido, así que Xustín  metió el rabo entre las patas y se retiró al gran bosque capitalino, para mejor digerir su derrota.

Hombre guapo y responsable, lo uno no se contraponía a lo otro, su curación venía de alternar galanteos con mujeres atractivas de diferente condición-solteras,casadas,viudas,ninfas doncellas, ninfómanas abuelas-con el cumplimiento estricto  de sus obligaciones laborales.

Ya Maruxa se difuminaba en la lejanía de su imaginación, pero el precio pagado fue excesivo: se quedó esquelético, se volvió insomne ,muy nervioso ,así que aceptó sin oponer resistencia el dejarse querer por Rita Feito, sobrina de Rosalinda, la mujer de Don Ramón de Los Vaqueiros.

Rita era guapa, buena moza, culta, buena persona, pero no”chispeaba” como Maruxa.

Así y todo, lo pedido simpáticamente por Don Ramón era en el fondo una poderosa orden, y había que cumplirla sí o sí-la portería y el pan de los padres de Xustín estaban en juego-y quizá su rimbombante empleo en la Telefónica.

De perdidos, al río.

Pasaron los años, Rita y Xustín fueron padres de Rebeca, que  rápida recorrió niñez, adolescencia y primera juventud.

Xustín quiso que Rebeca tomase venganza por él, engatusando a Pinín, el hijo de Maruxa,para que Pinón aceptase que ríe mejor el que ríe el último.

Pinín se relamía de gusto ante las insinuaciones de Xusto-ya Don Justo para más de un empleado de la Telefónica-en nombre de su hija, que se limitaba a ser amable y risueña con el brutote de Cá Manola.

Y es que Rebeca lo tenía todo:muy guapa, rubia vikinga ,grácil, simpática, camino de convertirse en Doctora en Farmacología, investigadora en el CSIC y profesora en la Complutense.
Ella pensaba más bien en Reynaldo, un argentino seductor, compañero suyo en la Universidad.
Pero Dios lo veía diferente:ni  para Pinín , ni para Reynaldo.
-“Ay, Dios, mialma lo que vi no carreiro de Capietsa Martín,arrefuxaos debaxo del carbayón, entre la yerba:la galopa roxa yal primo prieto, chuchándose, akoudetsándose, ya LOUTRO”
LOUTRO era recalcado por” la visionaria”, La Trapera de Ayones ,como un acontecimiento terrible, y a la vez lógico.
¡Claro ,después de los besos y los abrazos, viene LO OTRO, que será aquí como en todas partes,já,já!,y  las carcajadas de Romilda, la madre del pecador, al final transmitieron LA MALDICIÓN  a Rita y a Xustín.
¡Maldición, más que maldición!, y el pobre Xusto recordó su niñez, reprimiendo sus ansias de castigar a su sobrino Walter, hijo de su hermano Ramón, y de una mulata dominicana despampanante y atrevida.
Y de ahí en adelante, en la boda con dispensa por parentesco, y con rapidez antes de que naciese “el nietín prieto”-¡pobre Xustín, cuando todo venía de frente para tener rubitos vaqueiros o rioplatenses!-en el bautizo, y hasta la muerte, acontecida a temprana edad, la vida es cruel ,el  encargado de Telefónica, a cada poco visualizaba con gran sufrimiento aquella escena de su niñez.

-¡Vaivos pa casa, mialma ya pecao que téis güey aquí satsando!, y la entonces ya mendiga Trapera de Ayones les enseñó, como prueba de lo que podría ocurrirles si seguían sachando en la finca  UN VIERNES SANTO, lo que le había ocurrido a ella por hacer sus padres lo propio el día del CORPUS. 
¡Miray, paguei you el castigo, purque miou madre, que taba preñada de mí, paríome con seis didos na mano drecha!, y mostró su mano deforme con un dedo supletorio que no le impedía entonces deshilachar las ropas viejas que, convertidas en trapos, le daban sus buenos dineritos en una industria de Ribadeo.

¡Y yo lo pagué teniendo un nieto mulato, y si me apuran, de una relación incestuosa!, y Xustín volvió a recordar AQUEL VIERNES SANTO en la que sus padres compartieron con La Trapera el café con leche y la docena de frixuelos que él , de ocho años,les había traido como BOCADO.


Xustín, alla donde estés, alégrate al menos, tú que eras la alegría personificada, con el juego de palabras de los chavales de tu aldea: hablan de AMOR,de LOVE, de SEXO, de RELACIONES, pero también de LOUTREAR, y todos, nativos y extraños, comprenden ese verbo nacido de la imaginación expresiva de La Trapera de infausto recuerdo para ti.

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