¡Tiene razón el tango!.!Veinte años no son nada!.Lo comprobé
en mi última visita a Madrid.
Nadie conocía a aquel hombre de chaquetón verde que se
mezcló con nuestro grupo mientras descendíamos del autobús en la Plaza de
España, dispuestos a disfrutar durante unas horas de la vorágine de la gran
ciudad .Nosotros subimos hacia la Gran Vía y él siguió bajando la Cuesta de San
Vicente.
-¡Ya sí quién es!.Mi exclamación, si bien breve y en voz
baja, no pasó inadvertida para los más próximos a mí, que me miraron con
asombro, como a un amnésico que recupera milagrosamente la memoria.
¡Una de sus empleadas le llamaba EL HOMBRE DE VERDE y sigue
haciendo honor a su apodo!.A pesar de la buena temperatura primaveral a las
once de la mañana, todos íbamos con ropas ligeras y despojándonos de jerséis y
rebecas, el hombre adusto supongo que comenzando los sesenta-tendría sus
cuarenta y dos en mil novecientos noventa y ocho, cuando le vi por última
vez-seguía vistiendo un chaquetón verde como particular icono.!Quiero creer que
el chaquetón no era el mismo de entonces!.!Porque su gesto adusto y su manera
de caminar, lenta y desafiante, seguían siendo los de siempre!.!Quizá el paso del tiempo tuviese como único registro las incipientes canas en
la testa del hombre de verde!.!Por lo demás, era inconfundible!.
Recordé cuando yo era cliente de su establecimiento y cómo
su postura me hacía recordar la breve introducción a la ciencia económica de
los apuntes de F.E.N( Formación del Espíritu Nacional)del bachillerato:
-“La actividad económica se base en LA TIERRA-EL CAPITAL-LA
EMPRESA y EL TRABAJO”.
¡Los terratenientes aportaban su propiedad, los capitalistas
su dinero ,los empresarios sus ideas, y los trabajadores su actividad laboral!.
Por desgracia para mí, y durante tres décadas en labores de
administración y recepción en negocios de hostelería-¡pero podrían ser de otro
tipo, la cosa no cambiaría!-aprendí que esos cuatro elementos se pueden
combinar de muchas maneras, casi siempre en perjuicio del asalariado.
-¿Dónde puedo comer por aquí cerca los días que me cambien
de turno?, le pregunté a la dueña del
supermercado próximo a la estación del Norte.
¡Vete a LOS ZANCAJOS!.!Son muy buena gente, y muy
generosos!.!Nunca negaron un bocadillo a cualquier menesteroso que acudiese a
ellos!.!Así era el padre, y así es el hijo, un gran muchacho!.!Bueno……..ahora
me doy cuenta…….hace unas semanas que traspasaron el restaurante a unos
norteños!.!No sé si habrán cambiado el nombre y el tipo de cocina, porque mis amigos son de Cuenca!.!Sigue esta calle,
y a mano derecha, avistando el Palacio Real, no tiene pérdida!.
-¡Allí estaban LOS ZANCAJOS!.!Esperaba que siguiese habiendo
buena comida y buen servicio!.!Yo pensaba pagar!.!Por suerte, no era ningún
menesteroso!.
E letrero en sí era contradictorio y, por tanto,
interesante:
LOS ZANCAJOS-COMIDA VAQUEIRA.
Durante los dos años que comí allí a razón de tres veces por
mes, fui escrutando al personal.
En la Plaza de España solía cruzarme con EL HOMBRE DE VERDE ,siempre altivo el ademán,
sin que me constase que fuese falangista, cosa improbable por la edad, y con el
más joven de los camareros.
El rapacín me miraba como buscando un acercamiento, una
familiaridad que nunca le concedí, aunque con el tiempo me entró la duda de si no
pertenecería a mi familia amplia .Alguna vez le escuché referirse a cosas que
me resultaban conocidas
Pero EL HOMBRE DE VERDE pasaba junto a mí sin mirarme,
aunque estoy seguro de que me asociaba con un cliente.
Para mí que las subidas y bajadas de La Cuesta de San
Vicente y La Plaza de España del eterno
portador de la zamarra verde, eran las propias del dueño que va a los bancos, a
los almacenes, a las gestorías, etc, porque en el local no paraba de mirar desde la puerta de la cocina, sin hacer nada
más.
-¿Qué quería?, me preguntó con tono brusco una vez que
tenían mucho trabajo y yo llevaba unos cuantos minutos a la espera.
¡Milagro, este hombre habla!, pensé yo, que lo creía mudo
.Comprendí su falta de amabilidad, precisamente por su falta de profesionalidad..
-¡Ahora le atiendo yo!, intervino el que hacía de Jefe de
Sala, su alter ego en labores técnicas:!Buenos días, señor!.¿Qué le apetece
hoy?.Este hombre sí que era un profesional, aunque también tenía mal carácter.
¡Si Fulanito viene a pedir papeles para el paro, pierde el
tiempo!, decía el alter ego ,poniendo su mal genio falietsán por encima de las
leyes.
Deduje poco a poco que el referirse a TSAGO, KAMPIETSO, como apodos, apellidos,
lugares de origen, etc, de algún camarero , cliente o conocido de los que allí
se reunían ,indicaba una procedencia quizá policoncejil:
L’KONCETSÓN.TSUBARCA-VALDÉS, ALLANDE,L’KONTRAKONCETSÓN.
Sin duda que el hombre con el chaquetón verde sería el socio
capitalista, aportando TIERRA y CAPITAL en diferentes porcentajes, el terreno
suyo y/o de sus padres y hermanos para afianzar los avales bancarios, el
capital ganado en la mina o en la emigración para una inversión directa, y, por
supuesto, LA MALA LECHE SILENCIOSA/LA ADUSTEZ/LA CARA DE PALO ,para imponer SUS
IDEAS FUNDACIONALES
EL JEFE DE SALA/DIRECTOR/MAÎTRE era un poquito más joven, no
parecía que fuese hermano del ZAMARRA VERDE, quizá algo pariente, vecino de la
aldea, y sin duda ejercía como SOCIO INDUSTRIAL.
El concepto de SOCIO INDUSTRIAL ya pasó a la historia, pero
existen nuevas variantes en la legislación que se le asemejan.
-¡LUIS es mi socio industrial en la mina de caolín!.!Yo soy
el socio capitalista!.!De cada peseta que ganamos, sesenta céntimos son para
mí!, se explicaba en el chigre, ufano delante de su socio, PACHÍN EL
PUERTORRIQUEÑO, al que todos admirábamos por su deportivo MARIETSO que
alcanzaba los ciento cuarenta en la recta de OTUR.
LUIS era dueño de un rozo escarpado en el que se encontró
caolín .Como él entendía del tema ,pues trabajaba de capataz en un pozo de
carbón, se echó la manta a la cabeza, puso como aval todas sus propiedades, y
engatusó a PACHÍN, o se dejó engatusar por él.
Mientras PACHÍN andaba de LA CECA a LA MECA, LUIS se esmeraba en el negocio.!Cobraba un sueldo
como jefe y el cuarenta por ciento de los beneficios!.!Pero si la cosa se iba
al garete, podría quedarse sin su casa y sus fincas!.PACHÍN tenía, y tienen sus
nietos ,dicen sus panegíricos, catorce tiendas de ropa repartidas por las
principales avenidas de SAN JUAN.
¡Tal relación imagino entre EL JEFE DE SALA y EL HOMBRE DE
VERDE!.
En una empresa de ocho trabajadores, si EL SOCIO CAPITALISTA
y EL SOCIO INDUSTRIAL se reparten UNA PLUSVALÍA de tres mil euros, eso quiere
decir que los otros cinco empleados van a tener UNA REBAJA SALARIAL MENSUAL de seiscientos euros.!Les quedan las propinas , el comer en el restaurante(¡donde
comen ciento cincuenta, comen ciento sesenta!) y el vivir casi gratis en un
piso viejo, amontonados, promiscuos, en la sexta planta de un inmueble sin ascensor!.!El
que no se consuela es porque no quiere!.
Tiempos atrás, se podría decir que ZAMARRA
VERDE y su ALTER EGO eran unos hijos de LA PÉRFIDA ALBIÓN, pero con la
que está cayendo ,merecen un aplauso.!CHAPEAU por ellos!.
¡Veinte años no son nada!.!Pero uno aprende, aunque sea a
palos!.
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