¡Sor, madre, hermana, o como quiera que se le haya de
nombrar!:¿Usted nunca hizo el amor, es decir, nunca mantuvo relaciones sexuales
con un hombre?.!No sé ni por qué le hice la pregunta!
-¡No, pero no fue por falta de ganas!.!Me debo a mis votos
al igual que las mujeres casadas se deben a su marido!.!Pero en sueños y
pensamientos…….!.
La monjita fue sincera y precisa, pero no utilizó términos
al uso: cuernos, adulterio, etc.
Fueron siete horas de
conversación en el autobús que nos traía
de La Villa y Corte hasta La Perla del
Cantábrico:!la monja confesó tener setenta y nueve años y una apertura mental
más en la línea de una treintañera!.
Venía de La Residencia de Monjas Ancianas que Las Hijas de
la Divina Pastora tienen en Madrid y la esperaban un grupo de curas y monjas
para celebraban una especie de retiro-convención en una localidad de Los Picos
de Europa..
¡Mis amigos y amigas son todos muy abiertos, incluso hasta
una amiga que es monja de clausura!.!Dios no nos quiere tristes y prisioneros!
.
Le llamaban Sor
Fátima, pero su nombre real era Samira María del Santísimo Sacramento
Sabio Azzi:
-¡Fátima contenta a tirios y a troyanos, a musulmanes y
cristianos!.!Y es que soy hija de un cruce muy peculiar!.
El Doctor Aquilino Sabio, un joven ginecólogo de una famosa
familia de médicos de Granada ,ansioso por saber más sobre la civilización que durante ocho siglos había
dominado Al Andalus ,se fue a una ciudad
privilegiada en aquel entonces: Beirut.
Mientras completaba su formación en La Universidad
Francófona, se enamoró de Alia Maria de la Anunciación Azzi ,su compañera de
Doctorado, perteneciente a una acaudalada familia de cristianos maronitas .Se
casaron y tuvieron allí a su primera hija, mi compañera de viaje en el autobús
del Cantábrico.
Establecidos primero en Granada y luego en Madrid, se
sirvieron de esa ambivalencia cultural, lingüista y religiosa para ir capeando
los temporales que cada poco surgían por acá y por allá en este mundo.!Era La
Belle Époque, un tiempo feliz en Europa y en El Líbano!.!Nuestra futura monjita
era feliz en su tierna infancia!.
Cuando llegó La Guerra del Treinta y seis, toda la familia
se encaminó a Beirut.!Nuestra amiga tenía diecisiete años!.!Dos hermanos y dos
hermanas, alternándose por sexo, chico-chica, tenían entre nueve y quince años,
y habían nacido ya en Madrid!.
Regresaron a La Península en mil novecientos cuarenta y tres
y la ya Doctora en Ginecología ingresó en la Orden de la Divina Pastora.!Eran
tiempos de guerra en Europa, de postguerra y miseria aquí!.
Trabajó con las mujeres más humildes de España y del África
Española, fundamentalmente en Las Plazas de Soberanía y El Protectorado, donde
su labor resultaba más eficiente que la de cualquier colega varón cuando había
de por medio mujeres musulmanas.
Llevada por su vocación de servir a las mujeres más
desfavorecidas, convenció a su Orden para que la dejasen participar en un
Proyecto Auspiciado-¡curiosamente!-por Hussein de Jordania: una O.N.G.
sanitaria surgida en La Universidad
Francófona de Beirut!.
La Cruz Roja Internacional ,su equivalente La Media Luna
Roja, y varias instituciones altruistas, tanto confesionales como laicas
,instalaron en Amman una Clínica
Ginecológica con el asesoramiento del Hospital Universitario Francés de
Beirut:! su labor sería extraordinaria, impagable!.
Comenzaba la vorágine de los petrodólares, los jeques de La
Península Arábiga tenían dinero a espuertas, y Amman era el puente entre el
mundo cerrado de La Meca y las ciudades alegres de Beirut, Damasco y
Estambul:!Hussein era muy práctico, su inteligencia era su petróleo!.
-¡La idea no parecía muy ortodoxa, pero resultaba muy eficaz!.!Las
millonarias mujeres e hijas de los jeques pagaban una fortuna por la atención
de un equipo ginecológico exclusivamente femenino!.!Con las ganancias, se podía
atender, incluso dotar para sus necesidades futuras, a las mujeres humildes de
todo el ámbito musulmán!.
-¡Muchas veces completamos labores que en su conjunto serían
ilegales!.!Jóvenes desangrándose por la acción de una abortista carnicera y que
nosotros salvábamos!.!Hacíamos la parte final de una interrupción voluntaria
del embarazo!.!O forzada por padres o maridos, por razones económicas o de
honor!.
-¡Pero lo más simpático de esta historia fue que hube de
casarme para poder trabajar en Jordania, já, já!.!Una monja casada, já, já,
já!.Mi interlocutora se sentía feliz al
confesármelo.
¿Una monja casada?.!Nunca oí tal!.
-¡Bueno, ahora viuda!.!Pobrecito mi Hanna!.y la buena mujer
parecía recordar a alguien a quien apreciaba mucho, pero no al estilo de una
pareja.
-¡Dios se sirve de múltiples modos para que encontremos el
buen camino!.!A veces caemos en la cuenta de que el camino es malo y nosotros
mismos procuramos el bueno!.!Por ejemplo, monjas que se enamoran del confesor y
se van con él!.!Prostitutas que se meten a monjas, cansadas del mundo!.!O
monjas a prostitutas, cansadas del convento!.!Parece increíble, pero hace cinco
años, se salió una monja de mediana edad, que llevaba desde los quince en el
convento, y al mes estaba prostituyéndose por las calles de Valencia!.!Hasta
esa seguro que reflexiona y vuelve al buen camino!.!Pero necesita experimentar
el libre albedrío, no la imposición!.La monja me recordaba más a un
racionalista francés agnóstico que a una virgen consagrada.
¿Pero eso de monja viuda y casada….?.!No lo entiendo!.
-¡Te explico: Hussein era práctico pero no podía cambiar
ciertas leyes islámicas!.En Jordania una mujer extranjera no puede vivir sin la
autorización del padre o del marido.!Así que me buscaron un marido, já, já,
já!.
-¡Mi Hanna, Juan en árabe, que Dios tiene en su gloria hace
diez años, era cristiano maronita, viudo, padre, abuelo y bisabuelo de familia
numerosa, tenía treinta años más que yo, y se había recogido en el Convento de
los Jesuitas de Beirut!.!Era una especie de hermano lego, e hizo un gran
servicio a la humanidad casándose conmigo!.!De cara a los papeles, já, já!.
¡Pero él, siendo árabe….!.¿Nunca quiso…ejercer el débito
conyugal!.Me atreví una vez más a meterme en profundidades. La monjita era muy
cordial y confiada.
-¡Já, já, já!.!Nunca!.!El, sopitas y buen vino!.!Y es que a
su edad……!.!Me abrazaba llorando y decía que yo era la mejor de sus hijas!.!Y
yo le mimaba como a un padre de verdad!.
-¡El mejor árabe que conocí!.!Mi madre me decía: nunca te
cases con un árabe!.!Antes métete a monja!.!Y me metí, já, já!.!Árabes los hay
por doquier!.
-¡Tú sí que pareces bueno y no tienes nada de árabe!.!Quizá
contigo…..ya sabes…si yo no fuese monja y vieja….y tú joven y casado!.
¡Bueno, tengo pareja, pero no estoy casado!., contesté
ruborizado, y a la vez alegre, porque ni a un tonto le amarga un dulce.
-¡Pues felicítala de mi parte, por la suerte que ha
tenido!.!Y ya sabes, si un día en Madrid no tenéis donde alojaros, venid, que
os invito a mi residencia!.!Aunque no estéis casados, porque Dios nos quiere a
todos!.
Acabó el viaje y se la entregué a un viejo cura que la
esperaba en la estación, y al que allí mismo comenzó a hacer feliz.
¡Que Dios guarde a aquella monja casada y viuda!.
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