Nunca supe de la razón de su apodo: QUININA.
Porque a ANDRÉS
VICENTE ETCHEVERRY, a quien por razones obvias también se le conocía como EL
MANCO, no le gustaban particularmente las bebidas dulzonas, almibaradas,
incluso medicinales, tan en boga en aquella época: EL VINO QUINADO, por
ejemplo.
Él era más de café, de refrescos y de agua.
Quizá , cuando vivía en LA PERLA DEL CARIBE, su capacidad de adaptación a todas las
circunstancias mereció que LOS AFROCUBANOS, expertos motejadores , lo
comparasen con esa planta-LA QUINA- que ora es invasora ,tóxica, ora es,
transformada en QUININA, hasta un medicamento.
Así era él : POLIVALENTE.
En el trabajo, en el sentido del humor, la ironía, las bromas, y hasta
los enfados
.
“Yo era conductor del MÉDICO MÁS IMPORTANTE Y RICO de CUBA,
me quería mucho, y cuando me despedí de él, me regaló UN
LORO, con JAULA, eso sí,! já, já!”
Pero peor fue el regalo a mi prima IRENE: UNA CARTA DE RECOMENDACIÓN como ENFERMERA.
Yo, aunque MANCO, pude vivir. Pero ella, pobrecita……….
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