miércoles, 24 de noviembre de 2021

EL HORTELANO AUSENTE

 

    

-¡Criadillas de  mi tierra!.!Chochos de Salamanca!.


Hace más de treinta años, en mis primeras visitas a la ciudad que ahora me tiene como vecino, la forma de  anunciar sus productos EL HORTELANO AHORA AUSENTE me llamó mucho la atención.


Pronto supe que las criadillas eran hongos con aspecto de diminutas patatas.!Y de un valor monetario, no sé si también  gastronómico y  nutritivo, al alcance de pocos bolsillos!.!Aunque hay quien vende el colchón para ir a los toros o el coche para comprar gasolina!.


Los chochos de Salamanca eran  una variedad de altramuces.


No nos metamos en si fue primero el huevo o la gallina .Ni en si los mensajes abusan de paronimias, sinonimias, etc. Los alfajores de Casar de Cáceres no tienen mucho que ver con los que venden en el aeropuerto de Eceiza, en Buenos Aires. Los argentinos meriendan alfajor como si fuese un bizcocho corriente……..y en el Casar lo consideran “EINE DELIKATESSE”.


Creo que EL HORTELANO y yo pasamos al unísono, comprobado cada martes, por las distintas etapas de la vida-quizá él sea un lustro mayor-la cuarentena, el medio siglo ,la séptima y la octava década, aún inconclusa-¡quién sabe lo que nos espera!-hasta que nos separó la pandemia.


Cuando regresé del primer confinamiento y todos llevábamos mascarilla, EL HORTELANO ya no instalaba SU ESTALACHE-dicen aquí-en su lugar de siempre .Ni en ningún otro por más que lo busqué.


Sólo hablé con él en tres ocasiones: limones, laurel en hojas envasado, hojas de laurel en su rama, fueron los productos que le compré.


Lo entrevistaron por LA TELE y explicó que todo lo que vendía era de SU HUERTA, allá en las orillas del  pantano de ALCÁNTARA. Era asiduo de varios mercados semanales de  EXTREMADURA y EL SUR DE SALAMANCA.


Alguien diría que el hombre más que HORTELANO era HUERTANO porque trabajaba en SU HUERTA, pero no vendía repollos, ni coliflores ,ni lechugas, ni cebollas .Sí aceitunas ,garbanzos, alubias/fabas pintas, nueces, almendras, castañas………todo en cantidad limitada .También aceptaba encargos. Suministraba productos naturales y de estación.


Sin ser particularmente simpático, aunque correcto , confiaba en la gente y la gente confiaba en él .A la hora de irse, acudía a buscar su pequeña furgoneta al aparcamiento, dejando sin vigilancia SU ESTALACHE .Nunca se supo que le robasen aprovechando su ausencia durante cinco o diez minutos.


Lo conocí con el cabello negro y abundante, poco a poco encanecido, pero sin rastro de calvicie-la mía no cesaba de aumentar al igual que el gris del menguante cabello-y así fueron pasando los años .La última vez me pareció muy envejecido, pero eso no quiere decir nada .Porque la gente elogiaba mi apariencia joven-en Febrero de 2020 estuve doce días en el Hospital, y se me dio el alta el dos de Marzo, poco antes de declararse la pandemia-cuando trataban de detectarme graves dolencias de corazón, que al final quedaron en un buen susto…..y en aceptar que  el camino andado no hay quién nos lo quite.


Deseo que EL HORTELANO AUSENTE disfrute de su jubilación y le quede un resto de la vida alegre y feliz, dentro de lo posible a nuestras edades.


Recordando a LOS FERIANTES que ya no están, tengo en cuenta que yo  algún día TAMBIÉN SERÉ o ESTARÉ AUSENTE.


Y  me entrego a LA INÚTIL MELANCOLÍA  al comparar que si en MI PRIMIGENIA FAMILIA hubiésemos sido tan laboriosos como EL HORTELANO AUSENTE  otro gallo nos hubiese cantado.


Pero no sirve de nada llorar por la leche derramada. Hay, habría, que fregar el cazo y volver a hervir …con más cuidado.


-Tampoco , como dice el tango, hay que llorar por lo que pudo ser y no fue.


Sirva de escarmiento para mí y los míos, y de ejemplo para los jóvenes que nos oyen contar batallitas, la laboriosidad de EL HORTELANO…..ahora ya….AUSENTE.

 

 

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