domingo, 19 de mayo de 2019

SUPUESTO CLÉRIGO SUPUESTO ACOSADOR



Me ocurre este domingo  ,día 19 de Mayo, por tercera vez en quince días algo que me pone en alerta.

Las dos veces anteriores el ENCUENTRO tuvo lugar en LA CALLE MAYOR DEL BARRIO DE LOS CLÉRIGOS, así que confundí al INTERPELADOR con UN JOVEN SACERDOTE EXTRANJERO .

El joven, moreno, con barba negra como su coche, y gafas oscuras, se detuvo junto a mí, bajó la ventanilla y me hizo su elemental pregunta de siempre:

¡Perdón, señor!.¿Puede decirme la hora?.

-¡Un momento!.!Son las doce cincuenta!, dije tras consultar a mi móvil.

Cuatro días después, repetición de la escena.

No noté nada raro en la manera de conducir del supuesto CLÉRIGO.

¿Dije CLÉRIGO?.!Eso sí que me preocupa!.Porque  si mis siete años de APOSTÓLICO FALLIDO  dejaron una huella indeleble que ni los años ni el matrimonio borraron, de tal modo que hasta una buena señora ,creyéndome sacerdote, quiso que la acompañase a LA CATEDRAL para que la escuchase en confesión, cierto es que en la actualidad OTROS CLÉRIGOS, también con barba, y gozando impunemente del sistema político laxo que mezcla churras con merinas ,hacen proselitismo descaradamente, y si les pones trabas, en vez de discutir, pues palo, cimitarra, pistola, y tente tieso.

Analfabeto digital que soy, perezoso también, no he ido aún a que los técnicos me instalen un FACE BOOK o un TWITTER  que sirva de complemento a mi BLOG, de manera que incluso aquellos que desde REGIONES DESCONOCIDAS me leen y escrutan pudiesen criticarme con sus comentarios.

Pido perdón a quienes al socaire de la libertad de expresión pudiera haber herido en sus sentimientos .Confío en darles pronto un sistema de réplica y contrarréplica.

Pero lo que me asustó de verdad fue hoy, domingo, que el SUPUESTO CLÉRIGO SUPUESTO ACOSADOR, tras detenerse en el primer paso de cebra de la avenida lateral hacia la que se había desviado, para que pasase un viejecillo,  cuando iba yo a cruzar, hizo la pregunta de rigor:

-¡Son las 12.27 pm!, le contesté.

El SUPUESTO CLÉRIGO, tras decirme !gracias, señor!, retrocedió los siete metros que llevaba en la avenida y se incorporó a LA CARRETERA GENERAL.

Quedé perplejo, aunque  reaccioné y pude retener su matrícula, que archivé junto con otros datos.

Confío en que sea una falsa alarma, que nos encontremos ante una buena persona, sea CLÉRIGO o no, de una confesión o de otra.!Pero tenía que escribirlo aquí!.

¡Porque suceden tantas cosas que se descubren POST MORTEM!.

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