LA FLORIDA lloraba por doble motivo: por unos dolores
insoportables que la llevarían a la muerte, y por no poder dar de mamar a su
hijo, porque su terrible mal se lo impedía.
No hablamos de una tierra americana que pudiese llorar –en nuestra
imaginación-porque las catástrofes naturales o las guerras entre propios y
extraños, diezmasen su población o la tornasen inhabitable.
Hablamos de LA FLORIDA, una vaca frisona de cinco años, más
bien menuda, pero con una producción láctea impresionante. Y con un ternero no
muy grande pero que apuntaba maneras, y que pese a las desgracias, a los tres
años sería un semental cruzado de frisón y roxo.
Para muchos, una vaca y un ternero son simple estadística,
pero en 1974, y para muchos FALIETSANES, como es el caso que nos ocupa, un
ternero bien criado significaba la
cuarta parte de los ingresos anuales, y una vaca en producción significaba la
cuarta parte de los bienes y equipos de la familia, así que quedarse sin un
ternero y sin su madre era como que al
dueño de diez autobuses se le despeñasen dos, con siniestro total, con viajeros
y conductores heridos e incluso muertos, sin
derecho a indemnización alguna por parte de las compañías aseguradoras y
con los acreedores haciendo guardia con el notario como escolta y con el
sicario pistolero como última ratio para
conseguir cobrar aunque fuese en la piel de los muertos, reedición
actual de EL MERCADER DE VENECIA-o,siendo asquerosa, grosera y pícaramente
realistas, en las turgencias y profundidades de la mujer o de las hijas del
damnificado, pues ya se sabe eso de EL
CORNUDO APALEADO.
Era para la familia-PARA MI FAMILIA- un tiempo difícil.
Habíamos tenido incluso un brote de LENGUA AZUL en nuestra
humilde cabaña bovina, algo impensable por aquellas zonas, lejos tanto de la
peste en los rebaños de ovejas de AL ANDALUS cuanto de las vacas locas de LA
PÉRFIDA ALBIÓN.
Parecía que todo mal terminase en bien, porque pasamos de
que DON RAMÓN HEVIA, eminente veterinario, calmase los lloros y las
invocaciones a mi madre del GLORIOS SAN ANTÓN
con un tajante”!Señora, no hay más SAN ANTONIO que yo!”, mientras cercenaba el tercio anterior de la lengua de
un ternero que en dos años sería un semental de casi mil doscientos kilos, EL
LINDO, hijo de LA PRAVIANA, ambos de permanente recuerdo en los anales de la
familia mientras mis progenitores anduvieron por esta triste segunda dimensión,
a que todos en casa ESQUEICIESEMOS la posibilidad de que una mano negra o azul
envenenase el abrevadero de nuestras vacas, y
a que mirásemos el futuro con más optimismo.
Pero pasaron los años, la vejez de los padres, las
enfermedades de los hijos, las malas cosechas, los desastres económicos, y otra
vez volvería UNA MANO NEGRA, AZUL, ROJA…..
LA FLORIDA volvió un día del prado, poco después de parir,
lentamente, cojeando, con una mezcla de
mugido y de lamento, y a duras penas dio de mamar a su hijo, y no se le
aprovechó más de un litro de leche.
Vinieron dos veterinarios, ambos con extraña biografía,
el casi anciano, próximo a la muerte, y
el joven impetuoso y maleducado.
Sentado en UNA TAYUELA, el ancianfacultativo observó al
animal, compartió varios vasos de vino con mi padre, hasta razonó con él sobre que la vaca no tenía lo
equivalente a lo que en las ovejas eran LAS CETSOURIAS, algo así como LA
CELULITIS CEREBRAL, terminó diciendo que la vaca tenía algo del aparato
locomotor que él no era capaz de diagnosticar, recetó un calmante y mandó
esperar un par de días, no movilizando al animal.
LA FLORIDA ya lloraba, cada vez más, principalmente cuando
el ternero quería mamar, así que se aprovechó que por allí pasaba EL VETRINARIO
TUETSO para que hubiese una segunda opinión.
“¡Que conste que vengo porque la situación es grave y no soy
tan malo como dicen, y además su cuñada
de ustedes ha servido fielmente a mi mujer y a mis suegros, pero no se
acostumbren a asaltarme al pasar,
porque está estipulado que se me llame a
la consulta y yo marque las citas!, bramó EL MÉDICO DE SEMOVIENTES, recordando
de algún modo lo que les decían a los alumnos
los catedráticos de LA ESCUELA DE VETERINARIA DE PAPALAGUINDA, que no se
dejasen dominar por los campesinos, tan bobos en apariencia cuanto malvados en
el fondo .
¡Lo siento, pero la
vaca seguro que se ha peleado con otra, cayó contra un árbol y se fracturó el
fémur, así que la solución es que la lleven lo antes posible a LA CHACINERA!,
concluyó el galeno( si es que se le podía llamar así).”
-¡Ay,Dios, los fíos malos na cama, ya agora la vaca pal
matadero yal xatín maltsograo!!La madre colos fíos, el padre na corte nueites
enteras pa nada!, se lamentó mi madre.
¡Señora, cuide usted a sus hijos, y su marido que tenga
cuidado de los animales!, dijo el TUETSO al irse.
-¿Qué se le debe, DON TAL?, preguntó mi padre.
¡Nada, que ya tienen bastante con la pérdida, pero espabilen
y hagan las cosas con diligencia, que edad tienen para ello!, y EL LICENCIADO
se cobró en bronca y desprecio lo que no exigió en pesetas.
A mi padre los nervios se le desataron y me dijo:!Por favor,
encárgate tú de llevar la vaca a sacrificar,
que yo tengo los nervios destrozados!.
Yo, tímido, recién operado de la columna vertebral, con un
molesto LUMBOSTATOR ayudándome a mantenerme erguido, ante el desfallecimiento
de quien había soportado tantas
desgracias, me arriesgué, conseguí un medio de transporte, y con la ayuda de
algunos vecinos, haciendo yo un esfuerzo físico muy peligroso ,cargué a la vaca
en el remolque, llorando la pobre sin parar mientras el ternero se subía
incluso al vehículo en busca del ubre materno, acompañé al conductor al
matadero y esperé el turno del
BOVINICIDIO tratando de ESQUEICER toda nuestra triste historia reciente.
-¡A esta vaca le va a suceder lo que a PILI(la chica de LA
CHACINERA que se encargaba de recoger la
sangre en un cubo, al estilo tradicional),siempre muy brava, hasta que le
dieron ESTILETE, y ya se calmó,já,já!, dijo el joven matarife con fama de
deslenguado e incluso de supuesta mano
despistada en la cercanía de adolescentes y de mozas.
¡Calla, bobo, que siempre hablas sin pensar en tu madre y en
tus hermanas!, dijo una ruborizada PILI, la cual hubo de sujetar con fuerza el
cubo, porque el matarife, tan poquita cosa, chafandrín, clavó un estilete de no
más de cinco centímetros en la testuz de LA FLORIDA, que cesó su triste
lamentar, hizo un movimiento de muerte, y entregó su sangre al cubo de PILI
porque a continuación del suave y poco profundo pero muy certero punzazo, el matarife clavó con fuerza un
gigantesco puñal en el cuello de la vaca, y en un par de minutos se vació de
sangre aquel organismo muerto pero al fin sin dolores.
Mis sentimientos fueron confusos, pero preferí ir a tomar
una cerveza con el conductor del transporte mientras desollaban al animal.
¡Ya puedes venir, para poner en la báscula la canal y ver cuánto se te paga, porque los demonios me
coman si no se perdieron treinta kilos en el oreo, porque las extremidades las
tenía deshechas!, comentó en la puerta del bar al lado de la fábrica el matarife-jefe, no el BOVINICIDA SIMPATICÓN Y SUPUESTO MOLESTÓN DE MUYERES.
-¿Qué le pasó al pobre animal, casi una novilla, una frisona
de las buenas, para terminar así?, me preguntó uno de los dueños que estaban
allí comentando el asunto con los
empleados.
Dije la verdad, pero ellos “realizaron” sus verdades y, a
pesar de la desgracia, no salí tan mal parado.
¡Já,já, ese VIEYO VETERINARIO, decir lo del aparato
locomotor!. ¡Seguro que estaba con la borrachera visionaria!, se hizo el
gracioso una vez más el joven matarife.
Dieron por válida la versión del VETERINARIO TUETSO.
Con los años, quizá debimos erigir una estatua en honor del
VETERINARIO ANCIANO Y BEBEDOR, porque se descubrió que las vacas que habían
pastado en las inmediaciones de la GRAN METALURGIA DE LA PLAYONA, habían
adquirido una terrible enfermedad: FLUOROSIS.
De ahí que se le deshiciesen los huesos.
Dios fue bueno en aquella época ,LA RATINA, una pequeña vaca
helvética, crió a la vez a su ternero y al hijo de LA FLORIDA, que también
acabó siendo un gran semental en la granja de un famoso ganadero.
Así que cuando veo a los taurinos chillar, y respeto a todo
el mundo, y quiero entender sus teorías, creo que también tengo derecho a
exigir un respeto a los animales, en recuerdo de LA FLORIDA, y para poner en
valor la necesidad de que este país no condene a los pobres campesinos tal cual
lo fuimos nosotros, porque tan fácil como el estilete del chacinero ejecutó a LA
FLORIDA, así la mala suerte, y las malas leyes, ejecutaron nuestra felicidad
por décadas.
¡Descanse en paz LA FLORIDA, y todo EL REINO ANIMAL,VIVOS Y
MUERTOS, HOMBRES Y SEMOVIENTES,y TODAS
LAS DEMÁS ESPECIES!.
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