martes, 28 de julio de 2015

11-LA PARADELA ANTIGUA


Cuando JUANÍN LEIROSO  era niño, LA PARADELA eran siete casas en medio de un tupido bosque.

En el bosque, de paso que se cuidaba de los animales o de los  CORTINOS DE ABEJAS, había otra gran actividad: recoger maderas para construir MANIEGOS, XUGOS, MADREÑAS, MULETAS(BASTONES, CAYATAS).

Aparte  el taller comunitario con ínfulas de CARPINTERÍA ELEMENTAL donde los niños practicaban,  incluído JUANÍN antes de emigrar,  algunos adultos se desplazaban lejos, con el mulo y las herramientas, y a veces con dos mulos más para llevar madera más exótica de LA PARADELA, que no encontrarían en los destinos a los que se dirigían, y se establecían por un mes en  tsugares de  XALDOS  o de MARNUETOS, al estilo de los ZARRAGAYEIROS FERROLANOS, pagando  a la familia de acogida  con MANIEGOS, XUGOS, MADREÑAS, incluso con  TARROS DE MIEL PARADELANA,  NECTAR DE DIOSES, que a otros vendían a buen precio.


Ahora todo queda en el recuerdo, más bien en el olvido, pero cuando JUANÍN tallaba BASTONES  trayendo a su memoria y a su voz, que nosotros escuchábamos en el monte, los ecos de aquella PARADELA lejana, quizá estaba consiguiendo la ayuda de un DIOS DEL BOSQUE, o de un espíritu entre burlesco y aterrador: EL BADAGÜEYO, al cual citaba él como escondido a la noche, FRADANDO las  ramas superiores de los árboles.

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