Este humilde blog es el único medio de que dispongo para
agradecer por las redes el que hayáis
asistido al funeral de nuestra Ofelia.
Trataré de acordarme de todos vosotros .Perdonad que a
muchos no os conociese, pero las mascarillas, los años, y la triste situación
me tenían bloqueado. Y perdonad el que a veces este viejo al que recordáis como
joven tímido y huraño se haya mostrado demasiado efusivo, olvidándose de los
peligros de contagio, las distancias sociales recomendadas por los expertos,
pero lo triste de la situación me tenía desbordado.!Mil perdones y muchas
gracias por vuestra comprensión!.
Gracias a mi mujer, Josefa, por su apoyo .La edad, los
efectos secundarios de la vacuna, la enfermedad, sumado a lo triste de la
noticia, nos tenía, me tenía bloqueado.
Pero yo tenía que despedirme de Ofelia, era mi obligación, y
de prisa y corriendo, con angustia, con la cabeza a punto de estallar, vinimos
a esperar la llegada de la urna con las cenizas al santuario donde hace quince
años despedí a mi madre, que ahora acogerá con ella a su nieta.
Gracias antes de que me olvide a Rosario, mi cuñada, y a su
grupo internacional de oración, comandado por la religiosa mercedaria,
brasileña de origen alemán, Bárbara Bucker, profesora de la Universidad
Católica de Río de Janeiro, a la que conozco personalmente ,por los muchos
mensajes de apoyo recibidos, buscando la paz eterna para Ofelia y el sosiego mental para sus deudos. Gracias
a los sobrinos de mi mujer por su inestimable apoyo.
Precediendo al cortejo fúnebre, llegaron Almudena y Jorge,
su compañero. Y la emoción fue grande, porque ella me buscó con la mirada, y al
verme esbozó una sonrisa de paz, porque la pobre ya se veía como la única
persona del entorno más próximo en acudir al sepelio de su hermana.
¡Teresa, la madre, no fue capaz de venir!.!La vida le ha
dado muchos golpes pero éste fue demasiado!.
Javi, al que Ofelia adoraba, separado en infausta ocasión de
su madre y sus hermanas por un sistema implacable que nos pasó por encima como
una retroexcavadora, destruyendo la esencia de nuestra dignidad, convirtiendo
en añicos todas nuestras ilusiones, sumiéndonos en la oscuridad, la
humillación, el desprecio tácito o explícito de los unos y de los otros…………y
que , cuando parecía que empezábamos a remontar, la muerte de la pobre niña no
hizo sino revivir, terrible contradicción de las palabras ,aquellas
humillaciones, aquellos sentimientos de frustración y fracaso……………..mandó una
corona de flores .Sé que Ofelia, allá desde su nueva dimensión, sonreirá
agradecida porque Javi se hizo presente con unas flores situadas a tres metros
de la urna que representaba la mínima pero irrefutable esencia de su hermana
sobre este mundo material .Y creo cumplir la voluntad de Ofelia si prometo paz,
comprensión, perdón .Ella, no quiero ser reiterativo ni repetitivo, era más
dada al perdón, a la indulgencia, a la empatía, que el resto de todos nosotros,
los de una familia y los de la otra.
Gracias a Víctor y a su familia por haber cuidado tan bien
de Ofelia desde que la conocieron hasta que depositaron la urna con sus cenizas
en el nicho de su abuela. Que el afecto
compartido e incuestionable a Ofelia, y el bienestar de Victorín, que une a
ambas familias nos permita llevar a buen
puerto la educación del pobre huérfano y
que sepamos encontrar resignación, consuelo, luz, en este túnel de angustia y
de incomprensión.
¡Dina, allá en Unterägeri, próxima a los ochenta, enferma, y
con enfermos a su cargo, más aún en esta situación de pandemia, no pudo venir a
despedirse de su sobrina y ahijada, con la que tanto tenía en común!.!Sufrió y
sufre mucho, porque ella es, pese a la distancia, la mejor portavoz de la
familia y recibió la noticia casi al instante, ya que mucha gente prefirió
llamarla a ella a Suiza para interesarse por lo ocurrido y manifestar su
condolencia!.
¡Melchor, su tío de Badajoz, con los problemas propios de la
edad y la mala salud, tampoco pudo venir!.!Pero me comunicó en conversación
telefónica su gran pesar!.
Pero nos sentimos muy apoyados en todo momento.!Mucho más de
lo que las circunstancias y los aforos permitían!.
Pablo de Yerbo-¡ese chaval vale un Potosí!-vino con su madre
,mi prima Maruja, y con su tío, mi primo
José Demetrio, Pepín de Yerbo para muchos. Lamento que Paco, Paco de Gómez,el
marido de mi prima, también nos haya dejado, justo tres meses antes que Ofelia,
cuando aún le quedaban también años por vivir .Mis primos son envidiables en el
concepto más positivo y noble del término .Su padre, mi tío Demetrio, falleció
cuando Maruja tenía cinco años y Pepín tres .Maruja tuvo que ayudar a su madre
,María, como si fuese ya una adolescente, y Pepín a los doce ya empuñaba la
mancera del arado. Siento agradecimiento, y a la vez vergüenza, porque a
nuestro joven primo de apenas veinte años le pedíamos que viniese a ayudarnos
con el tractor :agradecimiento por su generosidad; admiración por su capacidad
de abrirse camino en la vida; vergüenza por no haber sabido imitarlo.
Paco de Sabadel, mi primo materno, también acudió .Él es
también referente familiar, y junto con su hermano más joven, Tano, ha
conseguido superar el haberse quedado solos de muy jóvenes. Su madre, María
Sabadel, que era mi madrina ,se murió muy pronto…..y su padre, Jovino, aún
sobrevivió una década, y lo cuidaron de manera ejemplar.
Tini de Gijón, nacida en Gera, y su hija Sonia acudieron al
tanatorio .Mi prima Tini, hija de mi tía materna Amparo, sabe también lo que es
la orfandad, las enfermedades asesinas, el sufrimiento.Ambas, Tini y Sonia, mantenían
una relación muy especial por Ofelia.
Agradecí mucho también la presencia de Fermín de Valbona,
residente en Borres.Me trajo el afecto de todos los suyos, y aprovecho para
mostrarme especialmente agradecido a Vidalina, la mayor de los primos maternos,
por haberme apoyado en tiempos difíciles.
Gracias a Paco Saturna de Folgueras, que vino desde Bárcena
de San Facundo hasta Bárcena del Monasterio para transmitirnos su pesar
.Aprovecho para agradecer a sus hermanas Dulce,representante de Dina en el bautizo
de Ofelia, y Maruja, Uca, que mantenía una relación muy cordial con la pobre
infeliz cuya muerte lamentamos, el haber acudido a despedirse de ella al
tanatorio de Trubia;al hermano mayor, José Manuel, siempre tan servicial, y que
llamó por teléfono, y un recuerdo especial para Justo, ahijado de mis padres,
Jovi y Ramón.!Con sus padres, Jovino y María, encontré yo afecto, comprensión,
afecto, en épocas muy difíciles de mi vida!.
Gracias muy especiales a María Luisa, y a sus hijos Águeda,
Margarita y Davicín .Casa David ha sido siempre el punto de encuentro para
encauzar nuestras necesidades, nuestras urgencias, nuestras comunicaciones.
Quiero agradecer a Davicín su esfuerzo por venir a acompañarme, y que me
transmitiese el saludo de Jaime de Gabriel, al que recuerdo como de quince
años, ligeramente cuando ya era profesor, y que ahora quizá ni reconocería .Davicín
fue partícipe de mis particulares situaciones cuando yo era un humilde
profesor”tipo tsacianiego” y Jaime un chaval con una gran vocación y entusiasmo para alcanzar sus metas.
Gracias a Maruja de Reinal, que me emocionó al acercarse a
la urna de Ofelia .Ambas han mantenido siempre una muy buena relación que ha
sido muy importante para limar las asperezas que por desgracia surgen entre los
vecinos más próximos. Vino acompañada de su hermano Martín, y de su prima
Conchita del Kiloso, a la que no había visto desde hace muchos años, y que me
recordó la muerte de su hermano Josenín como símbolo de una generación que se
agota.!Ya quedamos pocos de la
generación de los cuarenta……..y mejor estuviese yo en su dimensión que
lamentando el tránsito de mi sobrina!.
Gracias a Angelina y a Paulinín de Casa Tano, vecinos
cordiales y afectuosos que saben dar
ánimo en los momentos difíciles.
Gracias a Tino Pepa, cuya expresión” ¡no hay palabras!” fue
un resumen claro de la tragedia que estábamos viviendo.
Milito de Motsidas
también acudió .Pocas palabras pudimos intercambiar .Recordé cómo en
nuestros últimos encuentros, muy espaciados en el tiempo ,siempre hemos buscado
el charlar sobre cosas agradables, para no dejarnos abrumar por las desgracias
de nuestras respectivas familias.
Cosme de Argentina, superviviente como yo de la generación
de los cuarenta entre los alumnos de Doña Alicia, vino acompañado de sus hermanas
Isabel del Cristo y Lenita del Carboneiro. Les
agradezco la asistencia, y me emocionó
comprobar que al lado de Ofelia y de mis padres descansan sus hermanos
mayores, su madre y su cuñada.
Gracias a Javier de Zardaín, por haber venido al funeral. Y
por comunicar la triste noticia a José Ramón ,su compañero y antecesor en la gerencia de la Caja Rural de Navelgas, que
me llamó desde Luarca.!Gracias a los dos!.En estos tiempos en los que las
entidades bancarias dan miedo, haber compartido charlas, cafés y debates, yo,
humilde”tsacianiego”, con dos
funcionarios de la gran entidad de crédito cooperativo de Asturias, es algo que
siempre agradeceré.
Gracias a Víctor de Anselmo, con el que más allá de algún
roce siempre agradeceré sus desvelos cuando mi madre estuvo ingresada hace
quince años,y él acudía a diario a visitarla al hospital comarcal.
Gracias a Ginín del Cabo de Folgueras .Los años de niñez,
adolescencia y juventud en los que compartimos tertulias, ilusiones, sueños,
priman sobre los distintos enfoques que en la madurez y la vida en general
pudieran interpretarse como como diferendos irreconciliables. Y un recuerdo
especial a su madre, Anita, recientemente fallecida.
Gracias a la familia de
Jorge, el compañero de Almudena. Vinieron
todos a apoyar .Covadonga, la madre, y Facio, el padre. También Noelia, la
hermana, y Cecilia, la pequeña sobrina de Jorge que me hizo sonreír dentro de
mi tristeza en su afán por asirse a mi paraguas .Y Jose, el más joven de los
tíos. El recuerdo de Pepe Retumba de Calleras en la Casa David de mis diez,
doce, quince años, cuando no sólo de Calleras sino hasta de Tsaneces venían a
coger el autobús para Tineo o a recoger mercancías de la caseta de Forkatsao,
me sirve para pergeñar nudos de unión entre los que acudieron al funeral de
Ofelia.
Pepe Retumba y sus hijos mayores, Chín y Facio, venían con
una carroceta .En aquellos tiempos, saber conducir aunque sólo fuese una
carroceta era casi como ser piloto de aviación en esta época .Pero nuestro
primo ,Pepín de Tsaneces venía a caballo al amanecer y lo dejaba en la corte
del hórreo..
La familia de Jorge aún conserva el clarinete de su abuelo.
Retumba compartía las actuaciones musicales con nuestro primo Feliciano del
Vao, fallecido hace poco. Pocas personas conocí tan íntegras y honestas como
Feliciano.
Feliciano era primo carnal de Pepín de Tsaneces y de su
hermana Perfecta del Farrín de Fastias.!Y aquí vienen los nuevos parentescos!.
Con mis primos deYerbo vino Manolo Pilar y su mujer, Palmira
de Fanchica .Manolo, Manuel Demetrio en honor a mi tío, su padrino y tío
político ,es primo por vía materna de Maruja y de Pepín.Pero Palmira desciende
de una bisabuela nacida en Casa Llonardo de San Pedro, hermana del abuelo de
Feliciano y de Pepín y Perfecta, y de mi abuelo de San Martín.
E Isabel de Argentina, la hermana de Cosme y Lenita, es la
mujer de Pepe del Cristo .Amelia de Llonardo, la madre de Pepe, era prima de Amancio, el padre de Feliciano, y de
la madre de Perfecta y Pepín, cuyo nombre lamento no recordar ahora, así como
de Lula de Miguel de Recorba, la abuela de Palmira, y de mi padre.
El yerno de mi primo, Fermín de Borres, es hijo de Perfecta de Tsaneces y sobrino a la vez de Laura, la viuda de
Feliciano, parentesco doble, así que en
esta conexión de lazos familiares, embargado por la emoción del momento, quiero
agradecer a todos, los que están y ya no están, los que estuvieron y los que
no, pero mandaron un saludo, no se enteraron o las circunstancias no les dejó,
vuestras condolencias, vuestras oraciones, vuestro ánimo.
En otra línea, Paco de Sabadel vino acompañado de la hija y
el yerno de la prima de mi madre, Irene de Lico,de Casa Pruchón de Sabadel. Al
funeral de mi madre, hace quince años, asistió Irene, que murió tiempo después.
Su hija, que no estoy segura si se llamará Rosa Mary,era una chica muy joven,
recién casada, cuando murió mi tía María de Sabadel, a comienzos de los
noventa.Gente entrañable que son como hermanos para mis primos Paco y Tano.
Gracias a ellos también por venir.
Perdonad que yo, lejos que vivo, ya no me entere como
siempre fue habitual en esa zona, de funerales, para al menos enviar un correo
o una tarjeta. Sabed que por esa razón mi agradecimiento es mayor áun, por
haber acudido tan generosamente.
Gracias a los lectores de este blog que comuniquen lo que
escribo a quienes cito aquí pero no me leen.
¡Perdonad si no he citado a todos y gracias por hacérmelo
saber de una u otra manera!.
¡Descanse en paz nuestra Ofelia!.!Siempre estará viva en
nuestros corazones, en nuestras mentes, en nuestros recuerdos!.!Como lo está su
abuela, con la que comparte nicho, el abuelo, tan cerquita, y todos los seres
difuntos de todas nuestras familias, también las vuestras!.
¡Gracias!.!Muchas gracias!.