¡Me parece que voy
a dejar que Don Santiago me dé un
buen revolcón…..con permiso de “ mi cari”, por supuesto!.
¡No me fastidies!.
¡Sí, a cambio de que me regale media docena de
conjuntos”intimi!:!braguitas”Cagnessimi” y sujetadores”Stronzessimi!.
Aunque Nuria, la camarera de la cafetería del hotel a donde
suelo ir a tomar café ,es de suyo exagerada en todo, no la imagino poniéndole
los cuernos a Luismi, “su cari”, como ella dice ,con Santiago Gamoneda, un
vendedor de corsetería fina, ya sexagenario, próximo a la jubilación, al que
conozco desde hace más de tres lustros.
Yo tengo una humilde tienda de zapatos junto al hotel, pero
el resto de mis hermanos gestionan en común un negocio familiar de calzados ,retales y
ropas, corsetería fina incluida, y
muchas veces el Sr.Gamoneda me pide que haga de emisario y les transmita
ofertas, gangas, etc .Así que hay confianza hasta para irnos de copas, y sé
cómo al viejo vendedor le puede más la abundancia de erotismo visual que su fuerza
viril
¡Tanto sus compañeros de juergas como las chicas de la casa
alegre próxima al hotel, dicen que suele dormirse no en el acto, sino antes del
acto, já,já!.
.
Siempre lo verás con un cubata en la mano alrededor de las
chicas de las excursiones, sin discriminación alguna por razón de edad o estado
civil, tratando de invitarlas a compartir un trago con él en la cafetería del hotel e incluso
ofreciéndose a llevarlas en coche a algún local de moda.!Si alguna vez consigue
algo, se muere de éxito!.
Era un largo puente en dos comunidades, una del Norte y otra
del Sur, pero no en la nuestra ni en la de Santiago, así que aquel viernes por
la noche había overbooking en el hotel, y abundancia de elemento femenino: profesoras,
enfermeras ,administrativas…..funcionarias en suma.
Santiago se sentía en su salsa y hasta consiguió que un par
de cuarentonas bellas de las orillas del Guadalquivir aceptasen su
invitación y se sentasen con él en el
salón de lectura ,durante poco más de una hora, hasta que las guapas andalusíes
decidieron que debían retirarse a sus aposentos.
-¡Yo si fuese lo que esas clientas, le sacaría al menos un par de braguitas al Viejo
Corsetero, já, já!.Nuria seguía erre que erre con su tema.
-¡Esas mujeres, y todas las alojadas este fin de semana, son
unas clasistas de tomo y lomo!, matizó Verónica, la camarera del restaurante,
que se había acercado a pedir unas infusiones para unas clientas caprichosas,
descontentas con lo que se podía preparar en el buffet.
-¡Bueno, mañana me contáis, que ya me voy!.!Es tarde!, y me
despedí lleno de curiosidad por las explicaciones de Verónica, pospuestas al
primer café del día siguiente, y es que los autónomos también trabajamos los
fines de semana.
¡Hasta mañana, amigo!, se despidieron de mí al unísono ambas camareras, con
afectuosidad y confianza.
-¡No te fastidia!.!Las tías guarras dicen que comemos
gracias a ellas, que podrían irse a cualquier otro hotel!.!Así que o las
tratamos bien o nos ponen un comentario negativo en las redes y nuestro jefe
nos despedirá merecidamente!.
Lo de “ comer gracias a ellas” me sonaba, porque más de un
presidente autonómico justificó adelantar la paga de Julio al dos de Enero para
esquivar la Ley Montoro de recortes y favorecer al pequeño comercio, ya que los
funcionarios suelen ser generosos al disponer de doble paga en esas fechas
entrañables.
¡Y el colmo del señoritismo!.!Las grandes zorras-Nuria se
desternillaba de la risa ante el lenguaje procaz de Verónica-no hacen más que
hablar de las braguitas de 600 euros que se compraron en un viaje a Los Alpes y
La Padania!.
¿La Padania?, preguntó Nuria con asombro.
-¡Sí, en Milán!.!Allí he ido yo a veces a visitar los
grandes centros de la moda!.!Y fabrican mucha braguita porque hay muchos
chibungos, quiero decir de la otra acera, já,já!,se incorporó Santiago a la
charla con su consabido desparpajo.
-¡já, já, já, já!, muy bueno lo suyo, Don Santiago, aduló
Nuria y noté en sus ojitos una cierta
intencionalidad al socaire de lo que me había confesado.
-¡Joder, no me extraña que compren braguitas de 600 euros y
dejen los pluses a los tanos!. Marisa, la camarera de pisos y representante
sindical también se unió al grupo.
-¿Qué quieres decir con eso?, le pregunté.
-¡Muy sencillo!.!Los sueldos!.
¡Las cuatro del 509-511 son auxiliares de enfermería y están
enfadadas porque la prima de una de ellas, que está en Bilbao, cobra 300 euros
más al mes, es decir, 600 euros más en Navidad y en Julio!.!Y las horas nocturnas y extras se
las pagan a 30 euros más!.
-¡A mi prima el mes pasado, que estuvo en un centro de salud
y haciendo noches y fines de semana, le pagaron 3875 eurosssss…!, y Marisa
imitó “el lenguaje pijo” de la auxiliar de clínica galaico-andalusí ansiosa de
nacionalizarse vasca, funcionarialmente hablando.
-¡No me extraña que compren sus braguitas, Don Santiago!,
dijo Nuria con fingida tristeza.
-¡Já,já, já!.!Tienes razón, pero nada es imposible en esta
mundo!, y el Viejo Corsetero puso ojitos de dulce intencionalidad.
¡Que les den!, gritó Verónica desesperada.
¡No te preocupes, que ya les darán, já, já!, quise yo, a
fuer de grosero, aportar algo de ánimo a aquellas mozas.
-¡Yo lo tengo claro!.!Hablaré con Riansares, la
secretaria de nuestra sectorial, buena
colega, a ver si me echa un cable!, confesó Marisa.
¿Qué clase de cable?.!Espero que
no te salgas de la ley!, casi suplicó Verónica, la cual, muy en su papel de
auténtica hija del pueblo, llevaba ”su libertad y democracia” al campo de los improperios, los chistes
verdes y las blasfemias ,algo muy de agradecer por los poderes fácticos, porque
así se evitaban reclamaciones de “otro tipo de democracia”.
¡Nada ilegal!.!Todo lo
contrario!.!Voy a preparar las oposiciones a la Seguridad Social!.!Aunque sea
para celadora, que ganan 250 euros menos que las auxiliares, pero el examen es
mucho más fácil!.!Y las guarras que tú
dices se quejan de cobrar sólo 1.700 euros al mes, más doble mensualidad en
Diciembre y Julio!!Casi el triple que nosotras!, remató Marisa.
-¡La de braguitas”Cagnessimi” y
sujetadores”Stronzessimi” que podrás comprarte…!.Nuria,con voz tenue y ojitos
lánguidos, expresó la sana envidia por el futuro prometedor de su compañera.
¡Nuria, tú sabes que quien
quiere, puede, y tú puedes y quieres, así que…..!, y Santiago Gamoneda volvió a
mostrar sus dotes de seducción…….para vender corsetería y para intentar
llevarse al catre a alguna despistada.
¡Don Santiago, que los años y los
cubatas no perdonan a la hora de meter el coche en el garaje o pasar por el
túnel de Guadarrama, já,já!, quiso Verónica frenar la presunción del Viejo
Corsetero.
¡Já,já, arranca mi coche y ya
verás,já,já!.
Aquella conversación en
apariencia tan cómica y superficial, dio para que yo reflexionase con exactitud
sobre los cánceres lentos que minan la salud del Toro Ibérico.